Imagen y moda
DIEGO VELÁZQUEZ: Francisco Pacheco, c. 1620 WERNER VAN DER VALCKERT: Retrato de un orfebre, probablemente Jansz van Assendelft, 1617
Los retratos españoles y holandeses de final del XVI al XVII se basan tanto en el predominio del color negro en las vestiduras tanto de hombres como de mujeres y el uso de elementos similares, como los cuellos de lechuguilla. El orfebre muestra su condición sosteniendo un anillo en la mano derecha y apoyando la izquierda en una piedra de toque, sobre la que se frotaban las piezas para ver la pureza del oro o la plata. MUSEO DEL PRADO/RIJKSMUSEUM > camento el concepto de espíritu colectivo de los pueblos. Una consecuencia fue la división del arte en diferentes escuelas que aparece ya desde las Vite de Vasari.
Así, durante mucho tiempo se pensó que Velázquez era “muy español” y Rembrandt “muy holandés”, y sin embargo puestas en diálogo sus pinturas tienen más en común de lo que podría parecer. Ambos maestros han sido vistos por la historiografía del arte como contrapuestos, al igual que los artistas españoles y holandeses de este periodo; sin embargo, cabe preguntarse, viendo la exposición, si esa disociación no responde más a una concepción interesada y a la postre política. Porque esta es, no se puede negar, una exposición con trasfondo político, que mira hacia la aseveración de Ortega y Gasset (“La unidad de la pintura de Occidente es uno de los grandes hechos que hacen manifiesta la unidad de la cultura europea”) en un momento de resurgimiento de los nacionalismos y crisis del europeísmo.
El arte, y la pintura en concreto, han contribuido poderosamente a la construcción de las identidades nacionales, y uno de los ejemplos más evidentes es justamente el de los Países Bajos, formada en su enfrentamiento con la monarquía española a partir de la década de 1560 que daría lugar a la guerra de los Ochenta años (1568-1648) y la independencia del país.Porentonceslosgrandesartistas
Mujer bañándose en un arroyo, 1654
Velázquez y Rembrandt compartieron la fascinación por la materia pictórica y por su aplicación con la espátula, que en el caso del holandés llegaría a su culminación con la Novia judía. Una temática mitológica, en el caso del artista español, y una escena cotidiana e intimista en el del holandés comparten una ejecución formal que va más allá de lo técnico para llegar al ámbito de lo estético y del significado de la representación. MUSEO DEL PRADO/NATIONAL GALLERY, LONDRES de ambos países trabajaban sobre el legado de los italianos y los flamencos en la búsqueda de una estética alejada del idealismo e interesada en la representación de la apariencia real de las cosas; una apariencia, la de la divergencia, que oculta la inspiración, los ideales y las realidades comunes.
Velázquez, Rembrandt, Vermeer. Miradas afines COMISARIO: ALEJANDRO VERGARA. MUSEO DEL PRADO. WWW.MUSEODELPRADO.ES. HASTA EL 29 DE SEPTIEMBRE