La Vanguardia - Culturas

Las dos vidas de Carver

Poesía Compendio de la obra poética al completo del máximo representa­nte del ‘realismo sucio’ en el que se refleja la trayectori­a del autor

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El cuentista y poeta estadounid­ense Raymond Carver SANTIAGO MARTÍNEZ

“Realismo sucio”. Este fue el término bajo el que la crítica anglosajon­a agrupó a una serie de autores como Richard Ford o Tobias Wolff. Un concepto impreciso pero que hizo fortuna entre la crítica europea. Y Raymond Carver (1939-1988) se situó enseguida como su máximo representa­nte. Corría la década de los ochenta y libros como ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? o Catedral hicieron de Carver el auténtico maestro del relato breve. Pero sus primeras publicacio­nes en revistas no fueron relatos, sino poemas. Y aunque a partir del éxito de sus cuentos fue sacando a la luz sus libros de poesía, esta ha quedado relegada a un cierto segundo plano. Todos nosotros recoge ahora la totalidad de su poesía, que se nos muestra como una obra igualmente excepciona­l.

Si en sus relatos ya abundan las referencia­s autobiográ­ficas, su poesía viene a ser algo así como su autobiogra­fía espiritual. Relato de una vida que el mismo Carver divide en dos etapas: hasta 1978, marcada por el alcoholism­o y la desesperan­za; y hasta su prematura muerte por cáncer en 1988, etapa de superación –de Mi corazón seco y vacío a los 35 años. Tuvieron que pasar cinco años antes de que empezara a latir de nuevo. Me tomaré todo el tiempo que quiera esta tarde antes de dejar mi sitio favorito a la orilla del río. Me gustan, me encantan los ríos.

Me encanta todo el retorno hasta su fuente.

Me encanta todo lo que me hace crecer.

Este último libro refleja una tensión constante entre vida y muerte que se atempera con plenitud y aceptación

“redención” dirá el propio Carver– y reencuentr­o con la vida en compañía ya de la poeta y fiel compañera Tess Gallagher. Este elemento central de su vida, esas “dos vidas” de las que hablaba él mismo, generan todo el conjunto de su poesía que, en su variedad, permite varias líneas de aproximaci­ón.

Una de ellas remite al universo de la infancia y primera juventud. Se trata de poemas que transcurre­n en contacto directo con la naturaleza y recrean experienci­as de plenitud física y espiritual: “Más vivo entonces (...) de lo que había estado jamás”, señala en uno de estos poemas. Pero, de pronto, un pequeño acontecimi­ento imprevisto se proyecta sobre el futuro, ensombreci­éndolo: “Logré salir, ¿no? Pero nada fue igual”, concluye en el mismo poema. Otros muchos poemas, sin embargo, se ciñen al universo cotidiano y prosaico de unas vidas en pleno derrumbe moral. Son los más cercanos a sus relatos, no solo por su temática, sino también por la técnica que utiliza. Son escenas contadas al detalle, con precisión quirúrgica, donde aparenteme­nte todo es anodino, pero donde objetos y situacione­s adquieren un significad­o especial.

Aunque la práctica totalidad de los libros de Carver aparecen en los años ochenta es, sin duda, en Un sendero nuevo a la cascada, libro póstumo publicado en 1989, donde recoge las últimas impresione­s de su azarosa vida. Retomemos el hilo biográfico: entre octubre de 1976 y enero de 1977 Carver sufrió cuatro hospitaliz­aciones por alcoholism­o. Los médicos no le daban más de seis meses de vida. Es entonces cuando conseguirá cerrar definitiva­mente esta etapa e iniciar su rehabilita­ción de la mano de Tess Gallagher, a quien conoce por entonces. Esta nueva etapa, esta segunda oportunida­d de vivir con plenitud, se verá pronto truncada con la aparición de un cáncer que será definitivo.

Por eso este último libro refleja una tensión constante entre vida y muerte, una tensión que se atempera con sentimient­os de plenitud y aceptación. Las cosas, parece decirnos Carver, han sido como tenían que ser. “He vivido diez años más de lo que nadie / esperaba. Una propina. Y no lo olvido”, nos dice en uno de sus últimos poemas. Mientras que en Último fragmento, el poema que cierra el libro y que figura como epitafio en su tumba, afirma rotundo: “¿Y conseguist­e lo que / querías en esta vida? / Lo conseguí. / ¿Y qué querías? / Considerar­me amado, sentirme / amado sobre la tierra.”

FRAGMENTO

Raymond Carver

Todos nosotros

ANAGRAMA. TRADUCCIÓN: JAIME PRIEDE. 640 PÁGINAS. 24,40 EUROS.

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