Cuántica: la aceptación del misterio
Investigación El CCCB explora a través del trabajo de científicos y artistas cómo los nuevos postulados de la ciencia cambian nuestra visión del mundo
SÒNIA HERNÁNDEZ
El punto de partida de Cuántica es la aceptación de las limitaciones del conocimiento. En el catálogo de la muestra, los comisarios aseguran que las obras seleccionadas nos empujan a reflexionar qué esperamos no ya del mundo, sino de nuestra experiencia del mundo. Es la percepción del sujeto la que configura la realidad y más allá de lo que podemos saber siguen sucediendomuchascosas,quesonlas que investiga la ciencia y, en especial, la teoría cuántica. Ya hace un siglo que los físicos –Albert Einstein, Niels Bohr o Werner Heisenberg, entre otros– se dieron cuenta que algo fallaba en la manera como se venía analizando el mundo desde Isaac Newton. La tecnología que avanza en el sondeo de lo invisible y que ha permitido recaudar una cantidad de datos nunca vistos sirve también a los artistas para proyectos como los que se exponen en Cuántica. A través de ellos, las visitantes ya no son observadores pasivos, sino que pueden experimentar los efectos de las teorías estudiadas y entienden que ha llegado el momento de abrazar la realidad física siguiendo nuevos paradigmas.
Se exponen en el CCCB una decena de proyectos realizados en el marco del programa Arts at CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), en colaboración con la Foundation for Art and Creative Technology, y que reúne a científicos y artistas con la voluntad de divulgar algunos de los hallazgos más recientes producidos en los laboratorios más punteros. Entre otros, la pareja de artistas formada por Ruth Jarman y Joe Gerhardt representan las voces de quienes se dedican a la física de partículas; Juan Cortés experimenta con los descubrimientos de Vera Rubin sobre las galaxias espirales y la materia obscura; Lea Porsager utiliza las técnicas espirituales como un procedimiento para adquirir conocimiento estudiando los neutrinos; James Bridle trabaja con la generación de números aleatorios; o Suzanne Treister, que imita el funcionamiento de un acelerador de partículas para acelerar la historia del arte y describir el principio holográfico del universo.
Escriben en el catálogo los comisarios que, según los principios de la física cuántica, a escala subatómica las cosas se comportan de una manera muy extraña. Y es esa rareza lo que parece estar cautivando cada vez a más artistas que pretenden acercarnos a todo el abismo que no podremos conocernunca.
Cuántica
COMISARIOS: MÓNICA BELLO, JOSÉ-CARLOS MARIÁTEGUI, JOSÉ IGNACIO LATORRE. CCCB. BARCELONA. WWW.CCCB.ORG.. HASTA EL 24 DE SEPTIEMBRE LEA PORSAGER: CHOQUE CØSMICO, 2018. La artista (Dinamarca, 1981) asocia espiritualidad, sensualidad y lenguaje. En esta acción, una animación inmersiva en 3D genera visiones de una meditación de sesenta y dos minutos. Por medio de esta animación se invita al público a experimentar unos espejismos que Porsager denomina “imaginaciones neutrínicas”. JUAN CORTÉS: SUPRALUNAR, 2018. Cuando el observador se acerca a la pieza, la cabeza actúa como un amplificador del sonido de los engranajes electromecánicos que la conforman, y la frecuencia de la luz simula la morfogénesis de una galaxia. El artista propone un acercamiento poético a las teorías de la cosmología física moderna, y una percepción multisensorial de la materia oscura.