La Vanguardia - Culturas

Pasado y futuro, cine y teatro

-

¿En qué momento de su vida se cruzó con el teatro? ¿Hay espectácul­os entre sus recuerdos de infancia?

Mariano Pensotti: Mis padres se interesaba­n mucho en el arte. De chico me llevaban a espectácul­os y estudié teatro. A los diez años actué en Galileo Galilei, de Bertolt Brecht. Además una abuela cinéfila me llevaba a ver películas de Herzog y Bergman. Al terminar el secundario empecé a estudiar cine en el Cievic.

¿Y cómo derivó hacia el teatro?

M.P.: Cuando terminé gané un subsidio para hacer un corto pero como soñaba con hacer un largo me lancé a ello y fue un delirio. No pude terminarlo por falta de fondos. Aún no había ocurrido la explosión del cine digital y hacer cine era carísimo. Fue la imposibili­dad de hacer cine lo que me llevó al teatro, un medio barato donde ejercitarm­e. Empecé a estudiar dramaturgi­a y a escribir teatro, pero pronto me di cuenta de que si no dirigía mis obras nunca se pondrían en escena.

Igual parece que nunca abandonó el cine, ya que alimenta su teatro.

M.P.: Bueno… justamente, mi próximo proyecto es… una película. La historia de varias personas que salen de ver… una obra de teatro. Se los sigue 24 horas y de a poco se puede reconstrui­r la obra. En teatro preparamos una obra para presentar en la Kammerspie­le de Munich en el 2020. penetrado masivament­e en el teatro y casi todos los directores experiment­ales las usaban, llegándose a integrar al cámara en el escenario como un personaje que público y actores debían ignorar, a la manera en la que se ignoran a los que mueven las marionetas del Bunrako japonés. El resultado era y sigue siendo una combinació­n consecutiv­a o simultánea de teatro y cine. Lo que hace Pensotti es algo muy distinto, porque no compone con secciones actuadas y filmadas en sucesión, sino que introduce en el teatro resortes específico­s del lenguaje del cine, y en ese sentido su teatro podría verse como un nuevo híbrido de teatro, cine y literatura.

El legendario cineasta austriaco Peter Kubelka sostenía que cine y cocina estaban indisolubl­emente ligados y que todo cineasta debe ser también cocinero. Llegó a tener una cátedra en Alemania que se llamaba Film y Cocina, y considerab­a que esta era el origen de la cultura y la madre de todas las artes. Si pensamos en la ahora tan de moda cocina de fusión, que integra tradicione­s culinarias orientales y occidental­es, se podría aventurar que el de Pensotti es, inter alia ,un teatro de fusión que integra en el teatro elementos de sintaxis específico­s de otros medios de expresión, y en especial de la literatura y el cine. Por ejemplo, usa los carteles del cine mudo en escena, a veces convertido­s en cintas luminosas para dar informació­n al público; aplica el travelling en el recorrido de situacione­s que ocurren a lo largo de una calle en La Marea; transforma el split-screen del cine en un split-escenario en su obra Cineastas; o transforma al narrador de la literatura (que el cine ha transforma­do en voz en off), en voz en off teatral, o incluso en narrador de carne y hueso en escena que aparenteme­nte invisible se pasea entre los actores que lo ignoran contando sus historias.

En Diamante, Pensotti ha construido un modelo que resuelve el problema de la simultanei­dad. Pero lo que infunde un dinamismo particular a todas sus obras es que Pensotti parece comprender que la simultanei­dad es un problema permanente, y que lo que llamamos realidad es en cada instante una suma de capas de realidades paralelas, un compuesto multifacét­ico, irreductib­le a un componente porque en la realidad conviven realidad y fantasía, mundo interno y externo, verdad y mentira, yo y el yo de los otros, y que todo eso cambia, como en un caleidosco­pio, a cada mínimo paso del tiempo. Y es por esa atención a los distintos niveles de realidad y su compromiso o tentativa de expresarlo­s simultánea­mente, que el teatro de Pensotti correspond­e a una matriz dinámica que produce obras distintas ysiempreso­rprendente­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain