La Vanguardia - Culturas

Los best sellers no son lo que eran

-

Un artículo del diario argentino La Nación afirma que “best seller eran los de antes” y pone el ejemplo de la caída del promedio de venta de ejemplares de los libros que encabezan los rankings de las dos mayores cadenas de librerías (Yenny y Cúspide): “En la semana del 26 de agosto al 1 de este mes, el libro más vendido en una de las dos cadenas de librerías vendió apenas 155 ejemplares. En el 2018, para la misma época del año, se vendían 300; y en el 2017, cerca de 800. Hoy, un libro se convierte en best seller cuando vendió cerca de diez mil ejemplares en un año”. Se explica que en agosto más de la mitad de los 700 libros de ficción publicados salieron con una tirada de 1.000 ejemplares y los editores recuerdan con nostalgia que “una década atrás, el estatus de best seller se concedía a los libros que vendían más de veinte mil ejemplares anuales”. Es muy interesant­e que señalan que, tras la leve recuperaci­ón después de la fortísima caída de estos años en Argentina, los best sellers no han crecido: esa pequeña recuperaci­ón de ventas se ha dispersado entre nuevas editoriale­s independie­ntes con un público de gustos más heterogéne­os.

La situación en la edición española es más desahogada que la argentina. Según el estudio de Comercio Interior del Libro en España, que elabora el Ministerio de Cultura, la tirada media de libros de ficción es de 3.762. Y sigue habiendo best sellers poderosos. Estos días, me contaban que para poder dar salida a la tirada de Sidi, la nueva novela de Arturo Pérez-Reverte, habían dividido el trabajo entre una imprenta de Barcelona y otra de Madrid para tener a punto los 150.000 ejemplares de salida.

Como saben bien los expertos Escaparate en El Prat que conocen los códigos, también se aplica el término best seller como género a novelas que buscan vender mucho (y no siempre lo consiguen) aplicando una fórmula troquelada de intriga, ritmo rápido, tensión romántica y escenarios cosmopolit­as. En tiempos anteriores a Google, Netflix y compañía, se las llamaba novelas de aeropuerto, cuando en los viajes y esperas se mataba el aburrimien­to a golpe de revistas del corazón y crucigrama­s. Así que me voy de librerías por el aeropuerto de El Prat.

No hay en el aeropuerto de Barcelona librerías tan señoriales como en el aeropuerto de Oslo, París Charles de Gaulle o Copenhague, por citar tres donde las librerías aeroportua­rias son acogedoras y tienen largas estantería­s equiparabl­es a la mejor librería de ciudad. Pero la cadena Relay al menos ofrece libros, aunque te dé la bienvenida la aparatosa publicidad de la revista Hola!, entre adaptadore­s de enchufe, auriculare­s, chucherías y revistas. No hay una lista de best sellers, pero en la mesa de novedades no faltan Falcones, Dolores Redondo o Stephen King, aunque hay un saludable

 ?? T. ITURBE ??
T. ITURBE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain