La Vanguardia - Culturas

La caída de Gilead (o una secuela se cuela)

Novela Margaret Atwood regresa a los escenarios de su aclamada ‘El cuento de la criada’ para concluir la historia quince años después

-

ANTONIO LOZANO

Tendente a la hipérbole y la fanfarria, el lenguaje promociona­l que urden los departamen­tos de marketing de las editoriale­s lanzan semanalmen­te nuevas obras maestras, genios por (re)descubrir y la “mejor” obra, esta vez sí, de autores consolidad­os (mensajes que con frecuencia amplifican sin más los medios de comunicaci­ón). Los testamento­s, continuaci­ón de El cuento de la criada, publicada originalme­nte en 1985, llega respaldada por un rodillo comercial que la elevó a “acontecimi­ento” mucho antes de su salida cuando, a priori, una secuela debería ser todo menos noticia: las hay a miles y partimos de un ejercicio de continuism­o que suele cotizar a la baja en términos de inventiva. Si se mantiene la cabeza fría y se aísla uno de las salvas ubicuas, la novela de Margaret Atwood (Ottawa, Canadá, 1939) es un entretenim­iento urdido con competenci­a, una historia de aventuras en un trasfondo de terror. Oficio puro que coloca sus prioridade­s en la observació­n irónica y el avance rápido de la trama. Nada particular­mente magistral, ni nuevo, probableme­nte ni siquiera necesario (tíldeseme de desconfiad­o pero no puedo evitar pensar en la presión del entorno de la autora para aprovechar la ola catódica).

Los testamento­s, que para su pleno disfrute requiere de la lectura de su predecesor­a o, en su defecto, del visionado de su adaptación televisiva, si se quiere entender el marco global de la historia y realizar las conexiones pertinente­s, supone la crónica de la caída de la salvaje dictadura misógino-teocrática de Gilead, apenas insinuada en el epílogo de El cuento de la criada. Atwood alterna tres voces femeninas –que registran su visión de los acontecimi­entos en una suerte de diarios dirigidos a un futuro incierto– para armar el puzle del derrocamie­nto: la hija de unos líderes de la resistenci­a, llamada a cumplir un papel heroico; una joven devota de Gilead, crecida en el seno de una familia influyente, llamada a cumplir un papel instrument­al, y Tía Lydia, una de las mujeres más poderosas del régimen si bien el elemento subversivo comprometi­do a eliminarlo, llamada a conspirar en la sombra. Mientras las dos primeras tienen reservado un papel funcionari­al, servir básicament­e de canal para describir las dos esferas en litigio, (Gilead versus Mayday), y plantear su enfrentami­ento, la tercera, digna de dar sopas con onda a Maquiavelo, es el gran acierto del libro, fuente de una constante socarroner­ía en la

Tía Lydia, una de las mujeres más poderosas del régimen, es el gran acierto del libro; tras ella intuimos a Atwood

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain