Vida plena
Memorias Itinerario académico y vital del sociólogo Joan Estruch
Hacia el final de las memorias, retratándose hoy, Joan Estruch (Barcelona, 1943) explica que ahora su vida consiste sobre todo en hacer de abuelo. Tal vez empezó a escribir sus recuerdos –serenos y honestos– pensando en sus nietos. Les quería mostrar las raíces de las que provienen, hacerles revivir la rara cotidianidad de una familia protestante en la Barcelona nacionalcatólica, enumerar qué ha hecho como profesional (libros, proyectos, traducciones) y sobre todo explicarlos su madurez como un recorrido tranquilo, acompañado siempre por su mujer Heide, donde fe y saber, investigación y dodebe
Joan Estruch
cencia, han llenado de sentido una existencia plena. Algunos familiares, tras leer el original, echaron de menos más emociones y confesiones. Y, para complementarlo, su hijo Martí tuvo una conversación larga con él. La entrevista se publica al final del libro. Al arrancar describe la manera de hablar de su padre: “Endreçada, racional, acadèmica, pausada, sense crits, ni estirabots, ni estridències”. Este es el tono y el espíritu de Crec recordar.
Cuando la memoria se activa, se nos ubica en un ambiente de posguerra típico. Entramos en un piso de la calle Aribau donde un padre gris y responsable vive con una madre que soportar, con resignada amargura, la convivencia avinagrada de los viejos con los que le toca convivir. De este ambiente mortecino lo salva uno de los personajes que, en la sombra, más determinante fue para varias generaciones de jóvenes de la mesocracia barcelonesa: el profesor Pere Ribera, que hizo del Liceu Francès un refugio de la exigente y autoexigente tradición pedagógica republicana. Con aquella base liberal, más la vinculación a las redes internacionales del cristianismo, Estruch pronto pudo dejar atrás la universidad enclaustrada de aquí para poder ampliar estudios en el extranjero. La base de su saber y el método de su investigación, fundamentados en Lovaina, le permitieron consolidar un prestigio que rápidamente le abrió la puerta de la enseñanza de la sociología cuando la Autónoma se puso en marcha.
La experiencia de este sociólogo de la religión, especialista en los orígenes del Opus Dei entre muchas otras facetas, podría interpretarse como la de un prototipo ilustrado de una de las variantes posibles de la generación del 68. Ni mucho menos porqueesteacadémicoquedaseatrapado en el tumulto de la radicalidad sino porque él pudo observar, a la vez