Generar desconcierto
Aitor Ortiz en la galería Senda
SÒNIA HERNÁNDEZ
Las imágenes que crea Aitor Ortiz (Bilbao, 1971) transcienden la capacidad de alzar espacios imaginados a partir de fotografías de detalles extraídos de edificios que están en construcción o bien en proceso de derrumbe. Él mismo habla de su voluntad de “generar desconcierto”, de que el observador no identifique cómodamente qué tipo de superficie o textura está observando, hasta el punto de que “el edificio no importa”. Investiga esa tensa relación que se da entre la percepción del observador y la capacidad de la fotografía como medio representativo de la realidad. La indagación sobre la técnica fotográfica se mezcla con la que lleva a cabo, así mismo, alrededor de fenómenos que revelan la incapacidad del cerebro para decodificar toda la información, por lo que se inventa una imagen diferente. Más influido, según afirma, por la pintura o la arquitectura que por la fotografía, también experimenta con diferentes materiales, soportes y dimensiones para sus piezas, que a veces se representan como cajas de luz, esculturas o composiciones que crea en su estudio. Sin embargo, no hay nada de aleatorio o improvisado.
En su serie Amorfosis, aunque parte de cierta función documental, se concentra en las estructuras descarnadas para conseguir formas abstractas que si algo muestran es la contradicción entre lo que se ve justo antes de tomar la fotografía con la imagen resultante tras la intervención del fotógrafo: “Cuando fotografío arquitectura, me interesa el concepto de lo estructural, de cómo puedes, a partir de una imagen, construir un elemento
nuevo. La imagen de lo fotografiado se superpone con lo que construyo y genera una tensión entre lo que es el origen y lo que llega a ser”.
Sobre las fotografías de una serie anterior, Muros de luz, el arquitecto Norman Foster aseguró que “Hay un desasosegante sentimiento de soledad” que las impregna. Los escenarios casi espirituales que recrea lo han llevado a destacados espacios expositivos de países como Alemania, Suiza, Suecia y Francia. Llega a Barcelona después de haber protagonizado la exposición La memoria trazadora , en el Museo de la Universidad de Navarra. En sus últimos proyectos, ha fijado su atención en la obra de Antoni Gaudí, y desde esa estimulante perspectiva en la que trabaja ha conseguido casi lo imposible: mostrar la obra del arquitecto catalán como si no fuerasuya.
Aitor Ortiz
GALERÍA SENDA. BARCELONA. WWW.GALERIASENDA.COM. HASTA EL 2 DE NOVIEMBRE