Académico y comunicador
Pascal Picq (Bois-Colombes, Alto Sena, 1954) es paleoantropólogo, profesor del Collège de France, pero es a la vez, y sobre todo, un gran divulgador de sus ideas, tanto a través de sus libros como de las conferencias que suele ofrecer en los auditorios más diversos, no sólo académicos. Hay buenas muestras de su capacidad comunicadora en YouTube.
Picq ha centrado sus trabajos en la evolución del hombre, objetivo general que le lleva también a profundizar en ámbitos diversos que van de la evolución de los simios a la de las empresas (es, por ejemplo, creador del concepto, anthroprise, con el que pone en relación precisamente el mundo de la economía con la evolución humana). En este sentido, la paleoantropología de Picq es un viaje tanto a los orígenes de la humanidad como a los retos del presente, y una buena muestra de ello son precisamente sus reflexiones entorno al transhumanismo.
En la obra que ahora publica Libros de Vanguardia, Picq repasa los grandes avances científicos, tanto los relacionados con la digitalización (internet, big data, robótica…) como aquellos que afectan a cuestiones como el alargamiento de la vida o los avances de la genética. Explicado en forma de diálogo con una adolescente africana, en el que aparecen también los interrogantes éticos que se plantean.
Otras obras de Picq publicadas en castellano son Darwin y la evolución explicados a nuestros nietos, ¿Es el mono hermano del hombre? Nueva historia del hombre.
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aparición de la sexualidad para la procreación y la bajada de la fecundidad.
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Como sabe, hay mucha inquietud de que se llegue a 9.000, a 10.000 millones de humanos sobre la Tierra en el 2050. Para los antropólogos ese no es el principal problema. Lo fundamental es que no estamos seguros de que la especie humana será capaz de garantizar su futuro en términos de demografía. Cuando una población deja de hacer niños –mire lo que pasa en Europa–, no se vuelve a recuperar el ritmo natalicio. La otra cosa es que, desde hace cincuenta años, el número y la calidad de espermatozoides de los hombres jóvenes no cesa de degradarse a una velocidad vertiginosa. Se sabe que los hombres, los machos, son grandes reservas de diversidad genética, pero muy sensibles a las condiciones del ambiente, como la polución.
¿Qué cambia, antropológicamente, cuando se separa la sexualidad de la reproducción?
solución biológica y genética para prolongar la vida, no se ganarán dos, tres o cinco años, sino que podría ser algo increíble, de cien años más, quinientos, nadie lo sabe.
¿Como en la Biblia? ¿Como Matusalén?
Eso es, algo del todo desconocido. En la película Time out, las personas, en ese mundo del futuro, no son pagadas con dinero sino en tiempo de vida. Así que los ricos llegan a muy viejos y los pobres mueren jóvenes. El filme es apasionante porque quiere decir que una sociedad donde la gente puede vivir mucho tiempo, con buena salud, necesitaría un régimen totalitario extremadamente duro para controlar la duración de la vida de las personas. Habría otra jerarquía social. Es un mundo desconocido y promete ser terrorífico. Los transhumanistas ya prevén hoy, con el aumento de las desigualdades, que habrá las elites, que podrán vivir mucho, en sus planetas o en islas artificiales, y los otros no. Es el mundo griego, el mundo del Olimpo, de los eternos frente a los humanos, los mortales.
La relación con los robots es diferente en cada sociedad. ¿Por qué?
en Europa, sobre los datos personales, por ejemplo, no se las plantean en China. Para ellos es Confucio. Que el Estado, o el Partido Comunista, tenga sus datos, no plantea ningún problema. Más que nunca, pues, la antropología se expresará en función de las diversas culturas en ese ambiente digital generalizado.
Usted prevé que habrá un mundo en el que las inteligencias humanas coexistirán con las inteligencias animales, con niños naturales y niños modificados, cíborgs, animales conectados. ¿Seremos felices en un mundo así?
No lo sé. Yo estoy a favor de una antropología de las inteligencias, tanto animales como artificiales. Existe ya la convergencia entre la medicina humana y la veterinaria. ¿Ha oído hablar de los gemelos digitales? Ya está en la industria. En los próximos diez años podrá tener su cuerpo totalmente digitalizado para poder comprobar el efecto de los medicamentos, de las operaciones. Entramos en un mundo de convergencia entre el cuerpo y las máquinas, que plantea muchas cuestiones éticas, un mundo de confrontación de inteligencias, de comportamientos, de éticas y de responsabilidades. Ya se habla de ética y de derechos de los robots. Es un mundo vertiginoso. Pensemos en los vehículos autónomos. Llegarán antes a China, porque si el Gobierno chino dice que en la ciudad de Shenzhen todos los vehículos serán autónomos, nadie rechistará. Aquí empezaremos a poner demandas judiciales, hacer manifestaciones. Cada cultura abordará de modo diferente estas cuestiones.
Se plantearán cuestiones constantes de ética, jurídicas. ¿Cómo pueden resolverse si ya hoy es tan difícil ponerse de acuerdo en temas como las pensiones, los impuestos, aparentemente más fáciles de consensuar que esas cuestiones de vida o muerte? La sociedad no parece preparada.