El ineludible Sureda
El pasado diciembre, el editor de Navona, Pere Sureda, reunió a un montón de escritores y gentes del mundo editorial en la presentación de una nueva edición de Mentira, la seductora novela del muy querido Enrique de Hériz, que nos dejó con la misma discreta suavidad con que vivió. Sureda ha querido rendirle un homenaje que va más allá de las medallas: volver a poner en circulación su libro y situarlo en su colección de mayor esplendor: Los Ineludibles, donde Enrique de Hériz se codeará con Henry James, Melville o Sylvia
Plath. Seguro que no es una operación económicamente muy rentable con un libro que ya hizo su circuito completo hace quince años. Pero Pere Sureda se mueve por impulsos.
En un impulso, me voy a visitarlo a sus cuarteles de la calle Pau Claris de Barcelona y me recibe él mismo. Un espacio pequeño pero céntrico y acogedor, donde no hay sensación de aglomeración porque está él solo en la editorial, como Robinson Crusoe en una isla de libros. Pere Sureda habla alto y gesticula enérgicamente: encarna ese editor que sabe que no sólo hay que publicar buenos libros sino también venderlos. Le digo que las cifras oficiales de ventas de este año son moderadamente optimistas, con un crecimiento del 2% y me mira incrédulo como si me hubieran metido un gol por la escuadra. ¡Pero ese dato sale de las cifras facilitadas por las propias editoriales! “En cuestión de ventas, no te puedes fiar de las editoriales”. ¿Tampoco de Navona? “¡Tampoco! El autoengaño forma parte de los usos y costumbres del sector. Decimos que se han vendido tantos ejemplares de un título, porque son libros facturados a las librerías y cobrados… pero como los libreros tienen derecho a devolución, pueden volver y tener que reembolsarlos”. Me da una clase rápida sobre venta aplazada: “Soy uno de los editores que mejor conoce el sistema”, afirma muy ufano como si fuera un gran pragmático. Aunque Sureda tiene un concepto del pragmatismo sui géneris, que le ha hecho pasearse por la cuerda floja financiera durante años tras dejar atrás su etapa ejecutiva en grandes grupos y andar por los caminos de la edición en solitario.
Tras empezar en castellano, publica ahora en catalán ensayos diversos o crónicas, como Fariña: “Me ha ido bien, en proporción, mejor que en castellano, porque no había una colección de referencia de no ficción en catalán.”
Nos plantamos frente al estante donde luce su colorido sello Ineludibles en tapa dura forrada en tela: Conrad, Dumas, Lorca… y ahora De Hériz. “Para 2020 voy a publicar Pinocho con un prólogo de Italo Calvino, Galdós, Las 1001 noches…”. Para chincharlo, le digo que ya hay muchas editoriales que publican clásicos con buenos prólogos y sale corriendo hacia la mesa: “¡Pero no en estas ediciones! Papel bueno y lomos cosidos… ¡Mira cómo aguantan!”. Y deja abrirse el libro en el aire agarrado con los dedos por unas pocas hojas como un volatinero agarrado al trapecio. Le encanta el trapecio, incluso sin red. Enseguida baja la voz y me confiesa: “Trabajo el fondo porque es fundamental para la subsistencia de un editor independiente. Y publicar clásicos para mí es ir a lo troncal, a lo que me ha construido como persona”. Acaba de publicar en catalán la formidable novela de Vikram Seth Un bon partit y anuncia nuevas traducciones de Shakespeare de Salvador Oliva .Y,ala inversa, publicar en castellano el Mare de Ada Castells: “Lo que hago es practicar lo que se hace en las mesas de Catalunya, alternar catalán y castellano de forma natural”.
En tiempo de absorciones editoriales, le pregunto si algún gran grupo ha llamado a su puerta. “Me han tanteado, pero a estas alturas yo sólo quiero una cosa:notenerjefes”.Lodejoensuisladelibros,consucálculoysuarrebato. |