El infierno de todos
Narrativa La italiana Melania Mazzuco narra la vida de una congoleña exiliada, por amenazas de muerte, en la Roma en declive de Berlusconi
Licenciada por la Universidad de Roma La Sapienza, para especializarse en cine en el Centro Sperimentale de Roma, Melania Mazzucco (Roma, 1966), además de ser una de las novelistas más prestigiosas de Italia, escribe guiones cinematográficos, teatrales y radiofónicos, así como artículos y reportajes de viaje. Para ella, “un escritor siente la falta de los libros que todavía no ha escrito, de los libros que esperan ser encontrados en alguna parte interna”. Se explica así que en cada nueva novela haya nuevas propuestas que exigen un tratamiento narrativo distinto. Y al mismo tiempo, su escritura es inconfundible: no sólo por la fuerza expresiva y por la intensidad de las pasiones, sino por una actitud ética basada en la solidaridad y en la denuncia de la indiferencia de la sociedad ante el sufrimiento físico y moral. A la fuerte personalidad de los protagonistas (las protagonistas, con frecuencia) se añaden sus conflictos internos y la realidad externa. Personajes reales, con una vida intensa, como la escritora Annemarie Schwarzenbach en Ella, tan amada (2000) o el pintor Tintoretto en la
poderosísima La larga espera del ángel (2008). La ficción se confunde así con la investigación o la apariencia de investigación. Roma suele ser el escenario central. Y la inmigración un problema recurrente, presente ya en Vita (2003)oen Un día perfecto (2005).
En Estoy contigo la protagonista no es un personaje famoso sino una víctima de la inmigración o del exilio, tema central de la novela. La congoleña Brigitte Zébé, amenazada de muerte en su país natal por haber acogido en su clínica a varios heridos en una manifestación, tiene que huir y, tras miles de vicisitudes, llega a la estación Termini de Roma. Está sin documentación, no habla italiano, no tiene dinero, y acaba por instalarse allí. Se inician las páginas más sórdidas y dramáticas de la novela. La degradación del ambiente no es sino reflejo de la degradación en la que ha ido cayendo Italia desde que Silvio Berlusconi llegó al poder. En uno de mis viajes a Roma cometí el error de alojarme en un hotel cercano a la estación y la miseria que vi me caló tan hondo que me ha impedido volver a una ciudad tan querida. Y ahora, al leer a Mazzucco, no tengo más remedio que estremecerme. Muchos de los personajes son reales. La escritora es aquí la que investiga la vida de Brigitte, a la que entrevista en busca de lo que tanto le cuesta revelar, para narrarnos “su desesperada historia”. Y, como en Un día perfecto, “quería descubrir el alma de una época (y de una ciudad)” donde Brigitte no es la única víctima de este “magma fangoso de Roma, la ciudad sagrada, obscena y miserable hacia la que confluye más de un tercio de los refugiados que llegan a Italia”.
Pero hay algo más oculto que engrandece a la novela, una contrapartida a la indiferencia de la sociedad ante el dolor humano: el aliento espiritual de fraternidad que no observamos a través de discursos moralistas (ausente en Estoy contigo, sea para condenar o ensalzar) sino de conductas. Por eso Brigitte “se fía únicamente de los religiosos”. Ya a su llegada es acogida en el Centro Astalli. Y la narradora, siempre presente, nos advierte que “esta es la historia de Brigitte y no la mía. Pero en el fondoséqueporesovoyaestarlistapara buscarla y reconocerme en ella”, como nos reconocemos todos los que estamos siendo testigos de una de las grandes tragedias que vive la humanidad. Y no hay testimonio y denuncia más vida que la de Estoy contigo. |
Briggite Zebé “se fía únicamente de los religiosos”; ya a su llegada es acogida en el Centro Astalli
ANAGRAMA. TRADUCCIÓN: XAVIER GONZÁLEZ ROVIRA. 288 PÁGINAS. 19,90 EUROS