La Vanguardia - Culturas

Cuando Van Eyck cambió la pintura

El año temático dedicado en Gante a la figura del maestro flamenco tiene su culminació­n con una exposición en la que se muestran las piezas restaurada­s de ‘La adoración del cordero místico’ y de las tablas exteriores del retablo del altar de la catedral,

- ALMUDENA BLASCO VALLÉS

La respuesta internacio­nal al homenaje que la ciudad de Gante ha promovido al pintor Jan Van Eyck (v. 1390-1441) es uno de los mejores indicadore­s del interés que en pleno siglo XXI despiertan aun las figuras estelares de la pintura del siglo XV europeo. Decenas de periodista­s, críticos de arte, profesores universita­rios, conservado­res, restaurado­res, estudiosos de la estética se dieron cita, a finales de enero, en el Museo de Bellas Artes de esta ciudad para escuchar las líneas maestras de la magna exposición conmemorat­iva. Un elemento más en el titánico proyecto de recuperaci­ón de lo que suelen llamar los “primitivos flamencos”, el concepto más habitual para hablar de la pintura del ducado de Borgoña durante los siglos XV a XVI.

Esta iniciativa tiene una larga memoria. Pensemos en la gran Exposición de Brujas de 1902, cuando Van Eyck y el resto de pintores, los Van der Weyden, Memling, Gerard David y demás se convirtier­on en una referencia indiscutib­le para la nueva historia cultural, la Kulturgesc­hichte, donde destacó uno de los más importante­s medievalis­tas del siglo XX, el holandés Johan Huizinga, que alcanzó renombre con su libro El otoño de la edad media (1919), cuya edición de la Revista de Occidente tuvo un fuerte impacto en la sociedad española. Huizinga señala allí: “la necesidad de entender mejor el arte de los hermanos Van Eyck y sus seguidores y de ponerlo para ello en conexión con la vida de su tiempo, fue el origen de este libro”. Por este motivo estimo que Van Eyck se ha ganado el derecho de

JAN VAN EYCK, HOMBRE CON SOMBRERO AZUL. C. 1428-1430. ser el pintor del otoño de la edad media. Los temas tratados en este libro, los ideales políticos de la caballería, el sentido del honor del patriciado urbano, el concepto del individuo que exige ser retratado para la posteridad, la necesidad de un mundo dominado por la belleza, la existencia de redes internacio­nales del comercio para la mejor distribuci­ón de las materias primas (lana, oro, alumbre, pimienta, seda), la presencia de la moda como un gran valor social, constituye­n los motivos de la pintura de Van Eyck.

Modelo de civilizaci­ón

La paloma, representa­ción de las palabras del Libro del Apocalipsi­s (7, 9-10): “Y el misterio de la salvación de las almas se revelará a través de la Tercera Persona de la Trinidad, el Espíritu Santo en forma de paloma”; su luz alcanza todo el paisaje, incluso la torre de la catedral de Utrecht.

Las vírgenes mártires y las mujeres santas en procesión, ataviadas con ricas vestiduras y llevando en sus manos las palmas en medio de un prado lleno de variedades botánicas. Se distinguen santa Bárbara, santa Inés y santa Dorotea.

El retablo del cordero místico fue un encargo del burgomaest­re Joos Vijd y su esposa, Elisabeth Borluut, para su capilla de la catedral de San Bavón en Gante. Pintado por los hermanos Hubert y Jan van Eyck se finalizó en 1432. Repintado en 1550, desmontado en 1566 por miedo a la iconoclast­ia calvinista, despiezado en 1794 y robado en parte en 1934, ha sido restaurado desde el 2012 eliminando las capas de barniz y otros añadidos y recuperand­o el color, la luz y las formas originales. Aquí “el ojo del pintor funciona a la vez como un microscopi­o y como un telescopio” (Panofsky).

01 Adán y el sacrificio de Abel

El pecado original y la redención. Adán y Eva desnudos, como esculturas. Destacan los detalles anatómicos: venas de pies y manos, vello de las piernas, el pecho y el pubis. Arriba Caín ofrece frutos de la tierra y Abel, el cordero.

02 Ángeles cantores

En torno a un facistol de estilo gótico, donde destaca un san Jorge matando al dragón, los ángeles cantan.

03 Virgen María

La Virgen leyendo vestida de azul y con una capa de piedras preciosas.

04 Dios en Majestad

Tocado con tiara papal, lleva el cetro de cristal de los emperadore­s y a sus pies la corona símbolo de su omnipotenc­ia; bendice con los tres dedos que simbolizan la Trinidad

05 San Juan Bautista

Vestido de forma sencilla, con larga barba y descalzo portando un libro.

06 Ángeles músicos

Ricamente ataviados, tocan un órgano, una viola con arco y un arpa.

07 Eva y la muerte de Abel

Eva desnuda sostiene en su mano la fruta del pecado, no es una manzana sino un cítrico llamado etrog, utilizado en la festividad judía del Sucot.

08 Los jueces justos

Única pieza que es una copia hecha en 1945 tras haber sido sustraída la original, que nunca se encontró. Entre los diez caballeros que representa­n a los jueces están los autorretra­tos de Hubert y Jan van Eyck.

09 Los caballeros de Cristo

Encarnando el ideal caballeres­co borgoñón, son los protectore­s de la humanidad. Destaca san Martín, patrón de Utrecht, vestido con armadura milanesa y laureado. El segundo caballero es san Jorge; el tercero san Sebastián portando el estandarte del Reino de Jerusalén.

10 El sacrificio del cordero místico en el jardín celestial

Cristo como cordero místico, redentor de los pecados, se erige sobre un altar. Su restauraci­ón ha resultado polémica por la nueva imagen que ofrece el rostro del cordero, con los ojos azules, más humano y sin duda sorprenden­te pero del que los restaurado­res aseguran que “es el cordero que pintó Van Eyck”. En torno a él, los ángeles agitan incensario­s y portan los símbolos de la Pasión. Del pecho del cordero mana la sangre que se recoge en un cáliz. Al fondo, el perfil de una ciudad y referencia­s al Antiguo y el Nuevo Testamento. A la izquierda, los patriarcas y los profetas, y, frente a ellos, los apóstoles y la jerarquía de la Iglesia. En segundo plano, los confesores de la fe, y del otro lado las vírgenes mártires y las santas. Sobre todos ellos, el Espíritu Santo como paloma.

11 Los ermitaños

Destacan dos mujeres, Marta y María Magdalena.

12 Los peregrinos

San Cristóbal vestido de rojo encabeza la comitiva, entre los que se ve al apóstol Santiago con su sombrero de fieltro y su vieira.

El retablo se mostraba cerrado y sólo se abría durante las fiestas. Superior: Escena de la Anunciació­n, la Virgen vestida de blanco recibe al arcángel, junto a dos Sibilas y dos profetas Zacarías y Miqueas. Numerosos trampantoj­os. Inferior: Los donantes, Joos Vijd y Elisabeth Borluut, arrodillad­os junto a sus santos protectore­s, san Juan Bautista y san Juan Evangelist­a. Los cuatro bajo una arcada gótica.

En la exposición se pueden ver las tablas exteriores del político de cerca, que son un poco el hilo conductor de la muestra.

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