Rodar a la contra
Filmar en Super8 es, a todos los efectos, lo opuesto a rodar en digital. Cada carrete contiene apenas 3 minutos y 15 segundos de película y el revelado es complicado y se demora a veces un mes, con lo que hay que concentrar toda la energía en el momento del rodaje y tratar cada plano como algo valioso. Quienes ruedan con ese formato anacrónico no quieren hacer versiones pequeñas y baratas de películas que podrían estrenarse en los cines comerciales, sino creaciones completamente distintas. En Barcelona existe una “no escena”, como lo bautizaron recientemente en el ciclo Xcèntric, de cineastas experimentales en Super8, que no comparten estilo ni objetivos pero sí una técnica que ya de por sí implica escoger siempre la opción difícil. Seis de ellos, Miguel Rojas, Valentina Avarado Matos, Mariona Domènech, Alba Yruela y Blanca García, mostraron recientemente sus películas dentro del veterano programa de proyecciones del CCCB.