Entrevista a Emma Vilarasau y Nausicaa Bonnín, actrices Los nuevos retos de Eva
Juego de espejos tras juego de espejos. Jugó Joseph L. Mankiewicz hace 70 años en All about Eve (Eva al desnudo) y Margo Channing y Eve Harrington se miraron de frente, como en un duelo. Pero, ahora, cuando Pau Miró las ha vuelto a enfrentar con el espejo, su reflejo es otro. Y aunque Eva sigue siendo Eva, la aspirante, aunque vuelva a entrar en el camerino de esa actriz ya encumbrada a la que admira con ganas de quedarse, el reto que las enfrenta es otro. El que han entretejido Emma Vilarasau (1959) y Nausicaa Bonnín (1985) con una complicidad que difícilmente se adivinaba entre Bette Davis y Anne Baxter en la película. Con dirección de Sílvia Munt, Vilarasau y Bonnín encabezan el reparto de Eva contra Eva, en el que también participan Eduard Farelo, Andreu Benito y Marissa Josa.
¿Cómo es la mirada de Pau Miró sobre Margo Channing y Eve Harrington?
EMMA VILARASAU: Hace actual la película. NAUSSICAA BONNÍN: La limpia de la pátina del tiempo.
EV: Lo que escribió Mankiewicz hoy ya no tiene sentido. Se ha quedado antiguo. La idea de dos mujeres enfrentadas ya no la compra nadie. ¿Por qué tienen que enfrentarse dos actrices y además de edades tan diferentes? NB: Hemos obviado el tema de la competencia entre mujeres. La idea de dos mujeres peleándose en el barro ni interesa, ni es actual, ni creo que sea lo que debemos explicar. De igual manera, se han modificado las ambiciones del personaje que interpreta Emma, porque en la película al final lo que Margo quiere es casarse. EV: Hoy en día explicar la historia de una actriz joven, arpía y taimada, que intenta quitarle el lugar a la veterana está fuera de lugar.
¿Fuera de lugar porque antes pasaba y ya no pasa, porque no es políticamente correcto explicarlo o por qué?
EV: Porque no pasa o, si pasa, pasa de igual manera que entre los hombres. Y por lo tanto no es necesario convertirlo
los años, haría un protagonista; eso cambió con la llegada de las series a la televisión, cuando chicos muy jóvenes empezaron a hacer protagonistas ante las cámaras y quisieron hacerlos también en el teatro. Pero difícilmente con dieciséis años podrás hacer un protagonista en teatro. Es cierto que la generación que ha sufrido la crisis se ha visto privada de muchas oportunidades, pero no por culpa de los que ya habían llegado sino porque se produce menos… Y esa crisis la hemos padecido todos. No obstante, entiendo que hay una generación frustrada, con prisa y con rabia. NB: Vivimos en una sociedad en la que lo queremos todo ahora y aquí. Ya no estamos acostumbrados ni a la espera ni al largo plazo. Es cierto que los personajes te pasan de largo, pero también que, como acostumbran a estar escritos por hombres, no hay personajes para mujeres maduras, no hay mujeres protagonistas de ochenta años…
EV: Los protagonistas interesantes se te acaban con cuarenta años… NB: Y es cierto que está cambiando, pero es lento…
EV: Cambia, pero cuesta. Y más en el mundo de la imagen que en el del teatro.
En Hollywood, las actrices maduras ya mandan mucho.
EV. Sí, pero ¿hace cuánto? ¿Cinco años? Aquí aún tardará. Aquí lo que sucede es que ya no tenemos actrices de ochenta años y no las tenemos porque se hubieran muerto de hambre esperando un papel. No hemos sabido darles continuidad, se las ha alejado de los escenarios…
NB: Y sólo estamos hablando de la primera capa, pero el problema es mayor: ¿qué pasa con las actrices racializadas? Si nos quedamos en esta primera capa de denuncia, seguirá siendotodomuyblancoyburgués. |
Vilarasau: Mankiewicz ya no tiene sentido; la idea de dos mujeres enfrentadas ya no la compra nadie
Bonnín: No podemos echar a la generación mayor; tenemos que hacer un trabajo en equipo
TEATRE ROMEA. DEL 20 DE MARZO AL 26 ABRIL