Dejemos hablar al viento
Un vendaval en la España profunda
La tradición de la farsa, tan nuestra, estaría incompleta sin el imaginario dedicado al paisaje y no solo al paisanaje. De esta manera, y sobre todo a partir del 98, cuando se atiende con tino a indagar en este, el lugar adquiere carta de refugio de un paisanaje suficientemente descrito desde Quevedo y su afilada prosa expresionista. La conjunción llega a su perfección con Valle-Inclán y, desde entonces, paisaje y paisanaje van indisolublemente unidos cuando se trata de ironizar y, sobre todo, cuando se recurre al sarcasmo, actitud que le va como anillo al dedo.
Sir Angelot es el pseudónimo de Ángel Herráiz (Madrid, 1965), que se ha presentado con una obra primeriza que es un libro de cuentos, Fuertevientos, que nos habla de un paisaje determinado, el del pueblo imaginario cuyo nombre es el que da título al libro, y donde en trece relatos se da cuenta de las actitudes, vicios, virtudes, miserias y grandezas de un grupo de gentes que tienen que soportar desde tiempos ancestrales la presencia de un viento violentísimo que les cambia el carácter y, por tanto, sus actitudes ante la vida. Es propia en el género la presencia constante de alguna imagen surreal que se revela como metáfora del lugar y recordemos, por ser película muy popular, Amanece que no es poco, de José Luís Cuerda, donde algunos lugareños despertaban hechos vegetales mientras discutían sobre William Faulkner.
El viento en el libro de Sir Angelot adquiere esa condición, lo que nos lleva a dar cuenta de que ese fenómeno meteorológico es frecuente en nuestra literatura para describir caracteres de personajes próximos a la extravagancia, cuando no a la locura. Desde luego, no es el único pero sí el más profuso en la cosa Álvaro Cunqueiro, que llega a describir los distintos comportamientos de los habitantes de un pueblo lucense según soplase la dirección de los vientos, lo que nos obliga a constatar la relación en la medicina antigua entre viento y carácter.
Sir Angelot, con plena intuición y una prosa bella y cuidada, ha descrito la España profunda mediante la metáfora del viento y en esto el acierto se ha aliado con la buena fortuna.
Sir Angelot Fuertevientos
EDICIONES EL DRAGO. 180 PÁGINAS