¿Está feo destrozar guitarras?
Escribir en Google Drive
La cantante Phoebe Bridgers terminó su actuación en el programa Saturday Night Live hace un par de semanas destrozando su guitarra, una Danelectro, dándole mamporrazos contra uno de los monitores de televisión. El gesto quería insertarse en la larga tradición de destrozadores de instrumentos de la historia del rock’n’roll que se inicia con Jerry Lee Lewis y sigue con Pete Townshend, Keith Moon, Jimi Hendrix, Paul Simonon de The Clash, Kurt Cobain y Courtney Love. Wendy O. Williams, de los Plasmatics, incluso iba más lejos y destrozaba coches en los conciertos. Pero a muchos espectadores y tuiteros no les gustó el gesto de Bridgers y le afearon que lanzara ese mensaje tras un año de pandemia, etcétera. Disipando cualquier posibilidad de gamberrismo, la compositora tuvo que salir al paso y explicar que el monitor era falso y que lo de la guitarra ya lo había hablado con la marca que la fabrica, por no enfadarles. A veces, vivir en los años 20 es agotador.
La escritora María Sánchez es la anfitriona digital de un espacio muy interesante llamado Entrañasdeltexto.com, en el que los autores hablan de la parte práctica y material de su proceso de escritura y aportan pruebas documentales: borradores con tachones, libretas, discos duros. Por allí han pasado gente como Marta Sanz, que escribió su Clavícula a mano, y Juanma Prieto, que reconoce que su “obsesión con los lápices alcanza categoría de trastorno”. Andrea Abreu, la autora del libro revelación del año pasado, Panza de burro, ni siquiera tiene Word porque dejó de funcionarle. Utiliza directamente Google Drive, el editor de texto en línea en el que pueden entrar varios usuarios. Eso permitía a su editora, la también escritora Sabina Urraca, toquetear su texto en el mismo momento, pero ambas convinieron que no era pudoroso ni correcto.