Comanegra: pulmón y corazón
Vagando por la calle Consell de Cent de Barcelona me cuelo por un pasaje. En este interior de manzana se fabricaban a principio de siglo XX juguetes de hojalata y las muñecas con cabeza de porcelana de la fábrica Lehman. Durante la Guerra Civil también se fabricaron platos y cubiertos para los soldados republicanos. En el pequeño rótulo que anuncia la fábrica Lehman figura un único lema: pulmó creatiu. En este interior de manzana ahora se fabrican libros. Sentado en una silla de hierro, fumándose un purito extrafino y mirando pensativo al cielo, está el editor de Comanegra, Joan Sala, también presidente de la Associació d’Editors en Llengua Catalana (Editors.cat).
Comanegra es una editorial ecléctica pero singular. Edita libros sobre Barcelona (acaba de aparecer uno muy curioso, Espies de Barcelona ,de Roser Messa), sobre autores aventureros como Jordi Cussà (sale ahora El primer emperador i la reina Lluna), colecciones sobre danza o fotografía, pero también de autoayuda. En su catálogo conviven libros de gastronomía con Edgar Allan Poe, libros de ensayo y libros concienciados como el Piedra, papel, tijera de Víctor Panicello. No ser rutinarios ni previsibles creo que es lo que más le motiva a Joan Sala. “Nos dicen que somos independentistas; pues mira, ahora publicamos El pla Necker, hablando del federalismo”.
Me invita a entrar en la sede de la editorial. A la entrada te da la bienvenida una colección de máquinas de escribir antiguas: hay una mesa rectangular grande para reuniones donde ahora trabaja el becario, una zona con sofá y una amplia cocina abierta con un tentador plato de magdalenas caseras. Las mesas de trabajo están en el altillo. El equipo de Comanegra son seis personas… “¡Y todos cobramos lo mismo! Se trata de rendimiento y esfuerzo. Esto lo tenemos que hacer entre todos”. Veo libros de su colección Dramaticles y me pregunto si el teatro leído tiene público. “Pasa igual con la colección de danza, no dan mucho dinero, pero son positivas. En algún caso, dentro de la modestia, incluso han superado las expectativas, como con
Lo que me gustaría que la danza fuese de Cesc Gelabert, que hemos reeditado. Aquí encontramos la complicidad del Institut del Teatre: ellos tienen el conocimiento de la materia y nosotros el de hacer libros, así que sumamos esfuerzos. En la colección de danza tenemos la complicidad del Mercat de les Flors. Una de las tareas del editor es ver cómo se pagan las cosas y no hay una sola manera. Publicamos un libro sobre aguas detox y se vendieron en una tirada para una empresa 40.000 ejemplares. Cada libro tiene su camino”.
Me llaman la atención las iniciativas originales que impulsan, como las batallas de cuentos, donde varios autores de la casa explican un relato oral y el público vota su favorito. “Solo es una presentación girada del revés, donde la gente no solo mira, sino que participa. Tenemos que ser una fábrica de ideas, hacer todo lo que se salga del mundo estereotipado del libro. Si no innovamos, si no nos movemos, nuestra clientela se nos va muriendo por cansancio”. Otra iniciativa será la Fira del Llibre Únic el próximo junio: “Nos pusimos en contacto con una docena de editoriales que comparten nuestro distribuidor, Les Punxes. Les propusimos que vinieran a este espacio de la fábrica Lehman a una feria en la que vendieran solamente un libro de entre todos los suyos. No se trata de un negocio, claro, es más una reivindicación del libro de fondo, esos libros que de verdad son importantes. Nosotros ponemos el espacio, las mesas, los invitamos a comer… No tienen que pagar nada, tan solo les pedimos que un par de veces al día hagan un acto de media hora defendiendo ese libro. Y la respuesta de la gente ha sido muy positiva”. ¿Poner el local y hasta el puchero a la competencia para que vendan su libro no es mal negocio? El editor de la casa, Jordi Puig, apunta que “todos los demás proyectos de la editorial se empapan de este tipo de acciones y te aportan frescura”. Sala sonríe con esa mezcla suya de empresario y soñador: “Nos reporta salud a todo el equipo, porquedisfrutamoshaciéndolo”.
Joan Sala, al frente de un compacto equipo, impulsa iniciativas como la Fira del Llibre Únic, que tendrá lugar en junio
de ayuda, puro frenesí, y se cerrará con su madre, más de una década después, contemplando absorta una función, pura inmovilidad. Sabemos que el niño morirá, pero no el modo en que el arte conservará su recuerdo bajo procedimientos tan misteriosos como sobrecogedores. El trayecto entre uno y otro punto, la transubstanciación de la carne finita en versos inmortales, devendrá glorioso. Y aunque el niño es Hamnet –patronímico intercambiable por Hamlet en el Stratford del siglo XVI– y todos sabemos quién es su padre, el protagonismo no recae ni en el malhadado pequeño ni en Shakespeare (cuyo nombre no se invoca). La función pertenece a Agnes, la madre y esposa, a quien O’Farrell rescata de los márgenes de la historia y confiere un volumen inolvidable.
La síntesis de los orígenes de Agnes es un microrrelato que describe el embrujo del conjunto del libro: “En la linde del bosque, una niña. Un inicio así encierra una promesadelnarradoraloyente,comouna
LIBROS DEL ASTEROIDE/L’ALTRA EDITORIAL.TRADUCCIÓN AL CASTELLANO: CONCHA CARDEÑOSO/AL CATALÁN: MARC RUBIÓ. 350/360 PÁGINAS. 23,95 EUROS