Las olvidadas del western
C Pam Zhang llega con el libro que entró en las listas de lo mejor del año en ‘The New York Times’ y ‘The Washington Post’, finalista del premio Booker 2020
El recurso al concepto de deconstrucción del western ya comienza a parecer abusivo –o quizá sea que sencillamente resulte imposible pensar hoy desde el género, ya sea por escrito o en imágenes, sin ir a la contra de las fuentes originales–, pero no hay duda de que en el último año han surgido dos novelas impresionantes en su esfuerzo por desplazar la mirada a sujetos por inercia borrados de los relatos oficiales de la conquista del Oeste y por su posterior fabulación a manos de la industria del espectáculo. Si en A lo lejos el bonaerense Hernán Díaz empujaba a un desnortado sueco al borde de la locura en su travesía mayormente solitaria por territorio desértico y montañoso con el fin de reencontrarse con su hermano, C Pam Zhang (nacida en Pekín en 1990, pero residente en Estados Unidos desde los cuatro años) dibuja a una familia de inmigrantes chinos procurando hacer suyo un territorio hostil, participar de la fiebre del oro sin morir en el intento. Novelas unidas por la integración imposible del foráneo en tiempos despiadados y por escenarios que desafían cualquier escala y se dirían programados para destruir al pusilánime.
Con una madurez formal y narrativa asombrosa para una debutante, la autora abre con dos hermanas necesitadas de robar dos monedas de plata con las que, conforme a un rito ancestral llamado a garantizar la paz de espíritu, dar sepultura a su padre, cuyo cadáver en avanzado estado de descomposición transportan en un baúl. Lo que seguirá en las cuatro partes que conforman el libro –finalista del premio Booker 2020 y en las listas de lo mejor del año de The New York Times y The Washington Post– es, por encima de sus múltiples ramificaciones, la crónica de una relación fraternal llena de aristas y entrega, del amor salvaje y doloroso de Sam y Lucy, dos hermanas adolescentes marcadas por el ascendente de progenitores opuestos (representantes a su vez de formas irreconciliables de entender su anclaje en la tierra falsamente prometida) y a quienes experiencias de traumática entrada en la madurez dibujarán trayectorias del carácter inversas (Sam, de la rudeza a la vulnerabilidad; Lucy, de la fragilidad al coraje), al tiempo que las arrojarán a adoptar diferentes estrategias de supervivencia.
Pocas veces la revisión de uno de los mitos fundamentales de América como es la expansión hacia el Oeste habrá contado con una reformulación tan radical como la protagonizada por estas jóvenes de raíces asiáticas, cuya búsqueda de un hogar corre en paralelo a la de la verdad familiar y la que se esconde bajo el folklore y las leyendas de un lugar xenófobo y machista.
En ocasiones no lo pone fácil Pam Zhang, que gusta de invitar al lector a rellenar intersticios y a diferir la captación del sentido pleno de algunos pasajes a la relectura, pero la idea es coherente con unas criaturas en perpetuo desciframiento de un entorno y de códigos familiares extraños. Y aún nos queda hablar del magnífico uso literal y simbólico de elementos recurrentes como las colinas, el oro, la sal o el tigre. Entre las numerosas imágenes líricas que puntúan la narración, podríamos escoger la del esqueleto de un búfalo para condensar el fulgor salvaje y sobrecogedor que irradia esta novela, que cierra con una bellísima definición sobre lo que marca la auténtica pertenencia a un lugar.
Dibuja a una familia de inmigrantes chinos intentando participar de la fiebre del oro sin morir en el intento
C Pam Zhang Cuánto oro esconden estas colinas
GATOPARDO. TRADUCCIÓN: BENITO GÓMEZ IBÁÑEZ. 264 PÁGINAS. 20,95 EUROS