La Vanguardia - Culturas

Paret y la mala suerte

Arte Fue el gran pintor del rococó español, pero su coincidenc­ia temporal con Goya lo oscureció. El museo del Prado lo recupera

- Paret COMISARIA: GUDRUN MAURER. MUSEO DEL PRADO. MADRID.WWW.MUSEODELPR­ADO.ES. HASTA EL 21 DE AGOSTO

ALMUDENA BLASCO VALLÉS

Luis Paret y Alcázar (1746-1799) fue un pintor español de la segunda mitad del siglo XVIII vinculado a las grandes transforma­ciones artísticas que se produjeron en la corte de los Borbones, desde la llegada al trono de Carlos III para suceder a su hermanastr­o Fernando VI muerto sin descendenc­ia en diciembre de 1759. Paret, con trece años, fue entre otros muchos, espectador interesado de un rey que cambiaría el gusto estético. Pronto descubrió que el nuevo rey matizaría el rococó que tanto había marcado sus años formativos con el estilo neoclásico. Este cambio de estilo en la corte fue sostenido por Antón Rafael Meng, que llegó a Madrid a iniciativa de la reina Amalia de Sajonia y culminado con la llegada de Giovanni Battista Tiepolo desde Venecia en calidad de muralista. Ese ambiente de fu

acabada de un estilo de vida que apuntalara el crecimient­o de Madrid como capital de España.

En su esfuerzo por delimitar el juego social, Paret se introduce en el entramado costumbris­ta que tanto fascinó a la buena sociedad y que tanto influirá en los cambios de actitud ante la vida española del último tercio del siglo XVIII. Pese a su juventud (tenía veintiún años cuando pintó la obra), este cuadro refleja la absorción de todos los cambios que se estaban produciend­o en el mundo de la cultura música, teatral y de representa­ción social en lo que se refiere a la vestimenta, los gestos o el gusto.

Al desvelar las pasiones ocultas de una sociedad, Paret expresa sus propios sentimient­os, emociones y pasiones. Precisamen­te por ello fue apartado de la corte primero, y luego obligado a un exilio en Puerto Rico que marcaría el futuro de este brillante pintor que se forjó en los tiempos en los que en España dominaba la titánica figura de Goya.

Paret pintó la vida social amparado por su maestría técnica, pero el exilio en Puerto Rico truncó su carrera

sión de estilos marcó a Paret y le convirtió en un pintor abierto a muchas tendencias, de elegantes maneras en línea con Watteau y Fragonard, pero con una personalid­ad propia. Su vida en los primeros pasos en la corte estuvo vinculada con el infante Luis de Borbón, el hermano menor del rey, al que atendía en todo lo referente al gusto social del momento, quizás de forma exagerada en lo que respecta a ciertas y escandalos­as relaciones personales.

El rey le exilió a Puerto Rico y, aunque tres años después le levantó el castigo, no pudo acercarse a la corte, instalándo­se en Bilbao. Regresó a Madrid en 1789, cuando el mundo del arte estaba en manos de Goya, recibiendo pocos encargos, tres de naturaleza pictórica y unos pocas más relacionad­os con la ilustració­n de libros, estampas sueltas y otras artes menores. A este gran pintor, capaz de realizar el autorretra­to vestido de azul, una de las glorias de la pintura española poco atendidas, el Museo del Prado tomó la acertada y afortunada decisión de dedicarle una magnífica exposición bajo el firme e inteligent­e comisariad­o de la doctora Gudrum Maurer, conservado­ra del siglo XVIII y de Goya en el Prado. La exposición recupera en nueve secciones el recorrido creativo de Paret, desde sus comienzos con una pintura tardobarro­ca que mezcla ambientes lugareños con restos de arte sacro, hasta un naturalism­o de gran riqueza cromática, pasando por una mirada rococó sobre la vida social entre cuyos cuadros siempre se ha destacado el Baile en máscara.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain