La distancia entre decir y hacer
Simonetta Agnello Hornby nos sitúa en el Palermo de 1942 con la historia de una familia siciliana que vive el fin del fascismo y el inicio de la vida moderna
ADA CASTELLS
El sistema patriarcal decae y política, iglesia y mafia se encuentran para reconstruir lo que todavía es el presente italiano
Simonetta Agnello Hornby nació en Palermo. Si bien el lugar de nacimiento de los escritores suele ser una información que ofrecemos de paso (a veces dentro de un paréntesis torpe), en su caso es un dato fundamental. La autora ha hecho de su lugar de procedencia un distintivo de marca, quizá porque desde joven se lo mira con cierta distancia y ha podido oler el atractivo que desprende para los lectores de fuera. Licenciada en Derecho, Agnello Hornby estudió en Inglaterra y en Estados Unidos y, desde 1972, vive en Londres donde ha ejercido de abogada. Si alguna vez se hace un estudio sobre los abogados y su tendencia a escribir libros bestsellerianos, la autora britanicosiciliana tendrá que tener una entrada relevante. Su primera novela, La Mennulara, ya recibió aplausos y premios, y después todo ha sido repetir el retrato de la vida siciliana: la diferencia de clases, los intríngulis familiares, la violencia, los cannoli, el catolicismo... La autora echa mano de un cebo folclórico destacable, un typical Palermo descarado, con dialectalismos incluidos, aunque cabe decir que también publicó hace años un libro dedicado a su ciudad de adopción: Mi Londres.
Planta noble es la segunda entrega de una trilogía que empezó con Café amargo. Nos sitúa en Palermo, el verano de 1942. Hay una guerra mundial de trasfondo, pero aquí la guerra que presenciamos en primer plano es la de la familia Sorci. Su piedra angular, el barón Enrico Sorci, se está muriendo y piensa en la historia reciente de su familia que, como era de prever, está llena de tensiones, secretos, vicios y, quizá alguna virtud. Esperando la noticia de la muerte del barón y su herencia, los familiares se reúnen alrededor de la mesa para una comida multitudinaria que se celebra en el piso noble del Palazzo Sorci.
Agnello Hornby no nos ahorra detalles para que podamos ver y oler la tensión de la atmósfera. Afuera, las bombas acaban con una época de esplendor fascista, dentro otro mundo decae, el de la familia patriarcal donde las mujeres son carne para el placer y solo las más astutas pueden sobrevivir. También los hijos están marcados por el destino y sus caprichos. Si naciste antes, tienes más derechos. Si eres ilegítimo, espabila. La felicidad tampoco te la garantizará el lugar que ocupas.
La novela va de 1942 a la década de los cincuenta, es decir, retrata un mundo que se acaba, pero también uno que nace: una etapa crucial de la historia italiana, en la que la política, la iglesia y la mafia se encuentran para reconstruir lo que todavía es el presente del país. Agnello Hornby crea varias voces para explicarlo, todas ellas introspectivas y que, por lo tanto, generan comprensión, como si leyéramos sus diarios personales. Nos podemos poner en la piel de un barón moribundo, de un bastardo resentido, de un heredero acomplejado, de una mujer abandonada...
En las primeras páginas, se nos puede hacer antipática la voz tan prepotente del barón, que solo utiliza a las mujeres, las femmine, como él las llama, para saciarse en la cama o para que le cuiden. No es hasta bien entrada la narración que las mujeres dejan de tener un papel tan secundario. Hasta la página 139 no oímos la voz de una de ellas en primera persona, la nuera más joven del barón. Antes ya habíamos visto a una femmina de la familia, otra nuera, que desaprueba que un sobrino demasiado joven se haya sentado en la mesa de los adultos. Naturalmente la culpa es de la madre, que lo consiente.
La gracia de la novela es que cada miembro de la familia explica en primera persona qué piensa de los otros y después comprobamos su grado de coherencia. No es lo mismo lo que uno se dice a sí mismo y lo que hace de cara a los otros. Todos son muy complejos, todos son muy cobardes o muy inconscientes, todos están trágicamente interconectados. Y para no perdernos en el marasmo de Sorcis, el índice de personajes principales del inicio del libro nos rescata entre tanta polifonía. Los amantes de las estirpes y sus chismorreos,loagradecerán.
Planta noble
TUSQUETS. TRADUCCIÓN: CARLOS GUMPERT. 364 PÁGINAS. 21 EUROS