El desgaste del amor romántico
El estadounidense Bryan Washington, cuyo primer libro de cuentos fue elogiado por Obama, publica su primera novela sobre una pareja gay que se distancia
TONI MONTESINOS
El joven escritor explora los vínculos familiares y raciales e ilustra los tópicos de la homosexualidad
El escenario es el Third Ward, un barrio de población afroamericana que se ha ido sofisticando en las últimas décadas
Quizá este es uno de esos casos extraños en que se hubiera necesitado el matiz de un título distinto. Según el diccionario, memorial es un sustantivo que hace referencia a un libro o cuaderno en que se apunta o anota algo para un fin, en especial una petición; asimismo, podría ser una relación escrita u oral de hechos pasados. En inglés remite a monumento conmemorativo, pero esta novela –la primera de Bryan Washington (1993)– en realidad está indicando, aunque solo una sola vez hacia el final del texto, una de las vías arteriales de Houston, Memorial Drive.
En esta ciudad de Texas queda ambientada una narración que tiene un inicio tal vez demasiado asentado en los tópicos de la promiscuidad homosexual y que está protagonizada por Ben (maestro en una guardería) y Mike (cocinero japoestadounidense en un restaurante mexicano), una pareja que está a punto de sufrir una separación a raíz de un viaje. Así, Mike tiene que emprender un largo trayecto a Osaka, donde vive su padre, muy enfermo de cáncer, coincidiendo con el momento en que su madre, Mitsuko, llega a Houston para quedarse unos días en la casa en la que viven ellos.
Esa doble situación, que además corresponde con un doble punto de vista, pues la novela se desdobla en las dos voces de los jóvenes, en tres partes, hace que Washington explore muchos aspectos concernientes a los vínculos familiares, y también raciales (Ben es un hombre negro). Pero, sobre todo, se percibe una intención de querer ahondar en lo que significa sentirse solo en medio de una relación que se suponía romántica y que ya sufre cierto desgaste, y cómo una persona externa a esa convivencia –esa madre que se muestra mordaz en sus comentarios– puede afectar a la hora de realizar un replanteamiento de la visión de la vida.
La distancia entre ambos, de esta manera, provoca un autoanálisis en los personajes por parte de un autor que ya en el libro antes referido, titulado Lot, concedió una gran importancia a su ciudad natal, recibiendo innumerables parabienes por parte de personalidades de tanto calado público como Obama. En Memorial , el Third Ward, un barrio predominantemente de población afroamericana que se ha ido sofisticando a lo largo de las últimas décadas, cobra importancia a medida que Ben y la madre de su novio van intimando, aun con dificultades; mientras, al otro lado del mundo, Mike insiste en quedarse con su padre en Osaka, ayudando a administrar su bar y conociendo a otras personas.
La consecuencia de todo ello es que, al ir sucediéndose las experiencias individuales en un caso y en otro, el distanciamiento, usado para evadirse de una relación que parece condenada, y a la vez el deseo de conservar el amor, se irán retroalimentando. A veces arrastrando un estilo en exceso lacónico, a veces dejando escapar un poso algo irregular de sentimentalismo, Memorial es una suerte de monumento a lo que significa amar y compartir en los ámbitos de la familia y la pareja. El resultado, sin ser extraordinario, ni estar a la altura de los hiperbólicos elogios que le ha dispensado la crítica literaria norteamericana, es notable y muestra a un autor bien dotado para la ficción narrativa al que será interesante seguir en sussiguientespasos.
Bryan Washington
Memorial
ANAGRAMA. TRADUCCIÓN: LUCÍA BARAHONA. 352 PÁGINAS. 20,90 EUROS