Bergman en el Poblenou (o no)
MISCELÁNEA Si se hace una visita guiada por el cementerio del Poblenou (muy recomendable) o se visita con una guía, en algún momento aparecerá esta información: la escultura El beso de la muerte inspiró El séptimo sello de Ingmar Bergman. En realidad, no existe base para esa leyenda urbana ni prueba de que el sueco estuviera en el Poblenou antes de 1957, pero ya forma parte del folklore popular y no hace daño a nadie. La escultura representa a un esqueleto alado que besa a un joven. Su historia es tan trágica como parece: la encargó la familia Llaudet de Sant Joan de les Abadesses en 1930 para conmemorar la muerte temprana de un hijo. Se adjudica a Jaume Barba aunque se cree que el autor fue su yerno y discípulo, Joan Fontbernal. La tumba, que recibe turistas cada año, lleva como inscripción estos versos de Jacint Verdaguer: “Mes son cor jovenívol no pot més / en ses venes la sanch s’atura i glaça / Y l’esma ja perduda, la fe abraça / sentint-se caure de la mort al bes”.