Historia alternativa
Un texto que quedó relegado en un cajón en 1995 ofrece una mirada plural de los territorios de habla catalana en el periodo de entreguerras
Ucelay-Da Cal propone superar la etiqueta “Països Catalans” por una geográfica como “Mediterrani català”
Su ingente biblioteca particular –leída, no acumulada–, el interés por renovar temario a cada curso para ampliar horizontes y la capacidad de relacionar épocas y temas han convertido a Enric Ucelay-Da Cal (Nueva York, 1948) en un historiador olímpico. Sus centenares de artículos han marcado muchos de los debates historiográficos sobre el nacionalismo catalán en las últimas décadas y su capacidad analítica ha producido El imperialismo catalán (2003), el particular Ulises de la materia.
Si sus conocimientos no se han trasladado, introducciones al margen, a más de una decena de libros o a obras de historia europea o mundial ha sido por la falta de un editor capaz de domar el torrente de referencias e información que el catedrático emérito de la Universitat Pompeu Fabra pretende incluir en cada volumen. También porqué, una vez comprendida una parcela histórica, la búsqueda de interrelaciones le ha llevado a abrir nuevos frentes antes de cerrar los anteriores. Con que cualquier proyecto se convierte en un eterno work in progress.
Las páginas de El Mediterrani català (1931-1939) son una muestra de ello. Enciclopèdia Catalana le encargó un volumen coral que debía integrar la colección Història, Política, Societat i Cultura dels Països Catalans, que dirigía Borja de Riquer. Ucelay-Da Cal creó un equipo para que todos participasen de todo y enfocó el proyecto como una historia total de los territorios que se le pedía explicar. Se buscaba un planteamiento convencional y la complejidad y elevación del tono del volumen lo relegó a un cajón en 1995.
Lo sucedido era marca de la casa. También el influyente La Catalunya populista. Imatge, cultura i política en l’etapa republicana (1931-1939) (1982) surgió a partir de la elaboración de un material para un proyecto que no cuajó. El enfoque tout court de la obra que se publica con treinta años de demora es deudor de esta otra y recupera planteamientos que ya aparecían en ella.
La gran cantidad de información no lo convierte en un texto de digestión fácil, pero, como siempre en un texto de Ucelay-Da Cal, es garantía de ideas sugerentes y desafiantes. La principal: la superación de una etiqueta política “Països Catalans” por una geográfica como “Mediterrani català” para hilar una historia de Catalunya, el País Valencià, el Rosellón y las Baleares en los años treinta abordando las distintas velocidades de los proyectos regionalistas, nacionalistas y republicanos de cada territorio en un contexto español, europeo y norteafricano.
A partir de una mirada a los modelos autonomistas en el período de entreguerras y al papel de las segundas ciudades, se detalla por qué blasquistas y católicos valencianos abanderaron una estrategia provincial para promocionar en Madrid, mientras los catalanistas cimentaron una autonomía en Barcelona. Una perspectiva que, de haberse publicado en su momento, un lector medio podía haber conjugado con el debate sobre la nacionalización valenciana que habían mantenido Joan Fuster y Ernest Lluch en los años setenta.
Hoy no está claro. Arnau Gonzàlez Vilalta, instigador de la recuperación del volumen, lamenta en la presentación que en Catalunya el debate intelectual a partir de la publicación de un ensayo es escasamente posible, como sí lo era en los años noventa. Es probable. En todo caso, las vías catalana y valenciana, el satélite balear y el refugio espiritual del independentismo –Prats de Molló, Argelers, Perpiñán– en que se ha convertido el Rosellón, sin apenas contar con catalanistas autóctonos, es de total actualidad. El volumen contribuye a una mejor comprensión del porqué.
Enric Ucelay-Da Cal, Susanna Tavera, Àngel Duarte y David Martínez Fiol (directores)
Arnau Gonzàlez Vilalta (editor)
El Mediterrani català (1931-1939). Un inèdit contemporani
ALEDIS EDITORIAL. 25 EUROS. 740 PÁGINAS