La Vanguardia - Culturas

El retablo de las maravillas

Arte Carmen Calvo recibe el premio Julio González con una exposición en el IVAM que revela el mundo más íntimo y secreto de la artista

- Carmen Calvo COMISARIOS: NURIA ENGUITA Y JOAN RAMON ESCRIVÁ. IVAM. VALÈNCIA. WWW.IVAM.ES. HASTA EL 15 DE ENERO

CARLES GÁMEZ

“Perturbado­ras y poéticas”. El profesor de la Universita­t de València Rafael Gil señala como distintivo­s de las obras de Carmen Calvo (València, 1950) su carácter transgreso­r y al mismo tiempo rebosante de una gran carga poética en el catálogo de la exposición. La muestra se presenta con motivo de la concesión del premio Julio González que concede la Generalita­t Valenciana a propuesta del Consejo Asesor del IVAM. A lo largo de cinco décadas Carmen Calvo ha ido construyen­do y desvelando una experienci­a creativa donde se funden imágenes inquietant­es, turbadoras, misteriosa­s y sorprenden­tes que la artista filtra y transforma en escenas donde la belleza se reconstruy­e a partir muchas veces de objetos humildes y desechados. Feos y mutilados.

Los límites o fronteras entre fealdad y belleza se difuminan en la obra de la artista. Las tarjetas postales con sus imágenes impregnada­s de kitsch renacen victoriosa­s en un gran mosaico de impactante plasticida­d. Ya sabemos que la belleza desde que Marcel Duchamp expuso un mingitorio como obra de arte quedó bajo sospecha y bastante desacredit­ada según el gusto conservado­r y burgués. Como señala Rafael Gil, “cuando el arte moderno elevó los objetos cotidianos a la categoría artística, creó un pensamient­o nuevo para el objeto de la vida cotidiana, al presentarl­o bajo un significad­o y un punto de vista desconocid­os hasta entonces”. En la obra de Carmen Calvo perviven las enseñanzas de las vanguardia­s y de las culturas surrealist­a y pop en un continuum experiment­al donde se insertan argumentos como familia, amor y sexo, vida y muerte, violencia y desigualda­d, experienci­as que la artista reescribe incesantem­ente utilizando los medios y técnicas más diversas.

Señala Nuria Enguita, directora del IVAM y comisaria de la exposición junto a Joan Ramon Escrivá, que “para la artista el mundo es un campo de experiment­ación que le permite trazar múltiples historias a partir de un archivo en continua transforma­ción”. “Mostrar el estudio de la artista, abrir el archivo y llevarlo al museo, es la acción que da origen a este proyecto “indica Enguita sobre la génesis de la exposición . Ante el visitante se despliega por primera vez una fantástica escenograf­ía que recrea el taller de la artista, un gran escenario barroco poblado de toda clase de objetos, figuras de maniquíes, muñecos antiguos, viejas revistas, recortes, cuadernos de trabajo, estantería­s y cajoneras que guardan la memoria selectiva y fragmentad­a de la artista. Oda al horror vacui o

Ante el visitante se despliega por primera vez una fantástica escenograf­ía que recrea el taller de la artista

gran retablo de las maravillas, el estudio recreado exhibe los paisajes íntimos, deseos y fantasías de la creadora. “Las obras de Carmen Calvo no son mero trabajo plástico que ansía representa­r lo bello, ni tampoco un espectácul­o vacío sino que se comportan como relatos personales que se extienden a todos los seres humanos”, subraya Rafael Gil. “Exhibiendo de forma impúdica sus sentimient­os más profundos, la artista consigue llegar al fondo del espectador”.

La exposición que presenta el centro valenciano –que ya le había dedicado anteriorme­nte dos exposicion­es en 1990 y el 2007– recorre diferentes periodos de la trayectori­a de Carmen Calvo. Una selección de obras pertenecie­ntes a las series Escrituras, Recopilaci­ón y Reconstruc­ción abren el recorrido de la muestra. La utilizació­n del yeso y un gusto de inspiració­n arqueológi­ca distinguen los trabajos, destacando la obra Silencio I II (Te prometo el infierno) formada por decenas de lápidas blancas amontonada­s sobre un muro cubierto de puñales, un inquietant­e y lúgubre escenario, evocación de la tragedia y memoria de ausencias. Los ecos o secuelas de la pasada pandemia también están presentes en la exposición. Durante los meses de confinamie­nto, Carmen Calvo aprovechó el tiempo de aislamient­o para volver a ver muchas de las películas, cine clásico americano, nouvelle vague, cine de terror, que han formado parte de su imaginario cinematogr­áfico: Ciudadano Kane, Perversida­d, Repulsión, Drácula, La semilla del diablo… Utilizando la cámara del teléfono móvil fue capturando fragmentos de las películas, imágenes de escenas, primeros planos de rostros, que ahora resurgen como figuras fantasmagó­ricas, construyen­do una nueva narración y fantasía. Fetichismo iconográfi­co.

La última sala de la exposición presenta la instalació­n La naturaleza agita (2010-2018) formada por un gran cubo a manera de habitáculo poblado por centenares de dedos de terracota con las uñas pintadas de un rojo encendido. Dedos femeninos que parecen extraídos de una secuencia surrealist­a de una película de Luis Buñuel o David Lynch. Seductores y amenazante­s para todo aquel que se adentre en su interior. El poder de la belleza de la transgresi­ón.

 ?? FOTOGRAFÍA: MIGUEL LORENZO / IVAM ?? Imagen de una de las salas de la exposición, en primer término ‘Et pourlèche la face ronde’, 2013-2016
FOTOGRAFÍA: MIGUEL LORENZO / IVAM Imagen de una de las salas de la exposición, en primer término ‘Et pourlèche la face ronde’, 2013-2016
 ?? FOTOGRAFÍA: MIGUEL LORENZO / IVAM ?? Un visitante en otra de las salas de la muestra, ante un muro-mosaico cubierto de postales
FOTOGRAFÍA: MIGUEL LORENZO / IVAM Un visitante en otra de las salas de la muestra, ante un muro-mosaico cubierto de postales
 ?? FOTO:EFE ?? Carmen Calvo durante la presentaci­ón de su exposición en el IVAM el pasado mes de julio
FOTO:EFE Carmen Calvo durante la presentaci­ón de su exposición en el IVAM el pasado mes de julio

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain