“Su adhesión al anarquismo fue máxima”
Entrevista con Juan Manuel de Prada
¿Por qué su interés inicial por Ana María Martínez Sagi?
Me lo inspira la lectura de una entrevista que César González-Ruano le hace en 1930. Ruano la pinta como un emblema de la Eva moderna: escritora, periodista, deportista, feminista… Me pareció un personaje deslumbrante cuya memoria perdida debía rescatar. Y, además, la encontré todavía viva…
¿Por qué veinte años después de su primer libro sobre ella decide escribir otro, replanteando varias de las cuestiones que había desarrollado en el primero?
Ana María me legó su obra inédita, con la petición de que la publicase a los veinte años de su muerte. Fue preparando la edición de su obra cuando observé que algunas de las circunstancias del relato de Ana María no eran completamente ciertas. Me lancé entonces a una investigación oceánica, que me ha llevado a visitar personalmente más de ochenta archivos y hemerotecas en todo el mundo.
¿Era una soñadora, una mitómana...?
Fue una mujer que padeció experiencias terriblemente dolorosas, y que vivió en primera persona acontecimientos muy oscuros de la historia catalana, española y europea. Ana María necesitó maquillar los traumas padecidos con una capa embellecedora, que le permitiera sobrevivir anímicamente, hasta completar una suerte de “existencia soñada”. Pero su vida real es todavía más apasionante que el relato que ella me legó.
¿Cómo le marca su orientación sexual?
Su amor por Elisabeth Mulder fue una fuente de dolor perpetua, que queda registrada en su mejor poesía. Además, tuvo otras compañeras de las que nunca me habló, y que en El derecho a soñar desvelo. También tuvo relaciones trágicas con hombres, sin duda guiada por su desgarrado anhelo de maternidad. Digamos que ese anhelo, junto con su lesbianismo, fue el epicentro de su tragedia personal.
¿Y su participación en la guerra civil?
Aunque Ana María trató de ocultarlo, su adhesión al anarquismo, siquiera hasta veranodel37,fuemáxima;loquelaempujó a romper con su familia para siempre. No fue una mera reportera de guerra (la única mujer catalana reportera gráfica en los frentes), sino que tuvo mucha privanza ante los cabecillas anarquistas en el frente de Aragón. Y fue testigo de muchas crueldades durante aquellos años.
Desde el punto de vista de la investigación, ¿qué ha representado para usted este nuevo libro, tan extenso?
Ha sido la experiencia más hermosa y, a la vez, demoledora, de mi larga vocación literaria. Ha sido volver a escribir durante años por amor al arte, sin esperar recompensa, por la convicción de que era mi obligación hacerlo. Nunca he sido tan feliz y tan desgraciado como escribiendo este libro, por el que lo dejé todo. Me propuse hacer una biografía sobre una mujer ninguneada otorgándole el mismo tratamiento que si fuese Julio César, Shakespeare, o Napoleón. Y así descubrí que la vidaenaparienciamásinsignificantepuede ser la vida más apasionante del mundo. Y descubrí también que la biografía de Ana María Martínez Sagi era, en realidad, la turbulenta biografía del siglo XX catalán y español. Y eso es lo que cuento en
“En la experiencia más hermosa y demoledora de mi carrera literaria, descubrí que la biografía de Sagi era, en realidad, del siglo XX catalán y español”
¿Qué es lo más vivo e interesante hoy en la obra periodística y literaria de Ana María Martínez Sagi?
Su periodismo es fresco y tremendamente moderno, tanto en sus reportajes y entrevistas durante los años de la República como en sus crónicas de guerra desde el frente de Aragón. Pero su poesía está tocada por el quid divinum que sólo roza a los poetas de mayor talento. Espero que esta biografía sirva para revalorizar y situar esa poesía donde merece, que es un lugar muy alto.