El mundo es un parque temático
En este espacio, que se parece mucho a su Terrassa natal, Carlos Robles convierte a los visitantes en lectores
Después de No pregunten por Gagarin ,un libro de relatos donde se expresaba una querencia por cierta decadencia en la tecnología oxidada del antiguo cosmódromo soviético de Baikanur, un cuento afortunado y significativo en la obra de su autor, al que seguían por lo menos dos de probada calidad, aquel que repasaba las guerras púnicas y una crónica tipo gonzo sobre un partido de fútbol en Paraguay, Carlos Robles Lucena (Terrassa, 1977) ha publicado esta segunda narración, Cerbantes Park, donde un exitoso comisario de arte regresa a su barrio de la infancia, un barrio ficticio que se parece mucho al de Sant Llouna renç de Terrassa, en una ciudad ficticia, Vilatristesa, que se parece mucho a Terrassa, e intenta construir un parque temático dedicado a la literatura. El autor coeditó durante un tiempo fanzines como Shedante y Hebdomadario y, a la vez, ha perpetrado una antología de Augusto Monterroso: se me da que si unimos estas dos querencias no solo es probable que entendamos la evolución hacia una farsa amable que esconde, de una manera inteligente, enormes inquietudes.
Porque el libro trata, a manera de farsa expresionista, algo muy presente en nuestra tradición literaria, desde El Buscón a los esperpentos valleinclanescos,
realidad de nuestros días, la de la cultura convertida en parque temático, ahí se nos aparece Fumaroli dando zurriagazos, en la que se mezcla una vocación por establecer un canon literario. El Comisario, pues así se le denomina a lo largo de la novela, lo cree porque piensa que una ciudad tan estéticamente mediocre, y dividida por una torrentera seca de cien metros de ancho llamada la Riera, que cuando diluvia se lleva todo por delante, tiene que hacer por fuerza que sus habitantes, para compensar, posean una sensibilidad artística desarrollada.
De esta manera, Carlos Robles construye un canon, aventura quijotesca en una nueva versión del término quijotesco, donde un determinado espacio se convierte en una suerte de carte du tendre, una jauja de la literatura convertida en parque temático cuyos empleados pueden ser filólogos y los visitantes, lectores... con dos bandas incluidas, la de Cervantes y la de Shakespeare. Un libro inteligente quetrataconlucidezlometaliterario. |
Carlos Robles Lucena Cerbantes Park
NAVONA. 280 PÁGINAS. 20 EUROS