“Los alemanes” del Priorat, una historia de amor y vino
Novela Ramon Solsona ha escrito una historia de amor y libertad, que sigue la vida de Tomàs y Elvira, nacidos en una portería de Barcelona y en un caserío en el Montsant, que encuentran su camino en Alemania, en los setenta, y viven una vejez plena
Temps enrere es la demostración definitiva del talento narrativo de Ramon Solsona (Barcelona, 1950), una novela escrita en la vejez, con la densidad humana de quien ha vivido mucho y quiere ofrecer un testimonio de esa vida mediante personas interpuestas: Elvira y Tomàs, una pareja que se conoció en Alemania, donde él cursaba el doctorado sobre terremotos y ella había ido a trabajar –en los años del milagro económico–, al principio en una fábrica de galletas y, más adelante –gracias a una curiosidad innata por la lengua y a muchas horas de estudio–, como intérprete y traductora. Se conocieron una noche de carnaval pero no ha sido un amor de carnaval sino el amor de una vida.
Digo que es una gran demostración de talento narrativo porque la novela tiene 700 páginas. Está muy bien editada, por cierto: 1.800 caracteres por página con una letra generosa, fluye y nunca tienes la sensacióndequedarteencallado;yotengo en cuenta estas cosas. ¿Es una historia para llenar 700 páginas? Probablemente no. Está escrita con un único registro: una narración omnisciente en la que la voz narrativa cuenta las historias y las razones de las historias de todos los personajes, desde la pareja principal, a los padres, los hijos, las parejas de los hijos, los vecinos del pueblo del Priorat, de la escalera de Barcelona, del colegio de la Salle y de la emigración alemana. En medio de este cuento de la vida, narrativamente homogéneo (no hay diálogos ni cambios de enfoque), Solsona va colocando unos insertos con frases textuales que reflejan la riqueza de formas de hablar y de modismos locales. En todos los libros de Solsona encontramos un componente filológico (recordemos DG oL ’home de la maleta, tan diferentes de este libro actual, donde brillaba cediendo la palabra a los personajes). También incluyen un componente social o sociológico. Solsona situa a hombres y mujeres en un marco colectivo y sentimental, rodeados de canciones, programas de radio y marcas de coches.
Al tratarse de un relato temporalmente invertido, algunas historias se repiten. Empieza en el 2003. Pasa a 1990. Después a 1978. Después a 1968. Después a 1945. Y va focalizando alternativamente a Tomàs y a Elvira. Con este procedimiento los duplicados son inevitables. Solsona explica que en la bodega del Priorat han elaborado un nuevo vino que se llama Ricardet, en recuerdo del hermano de Tomàs, que tenía síndrome de Down. Después este Ricardet aparece retrospectivamente de joven y de niño, con algunas anécdotas calcadas. Solsona juega muy bien con estas repeticiones. Y va arropando al lector con la historia, que no tiene grandes secretos, ni misterios, ni grandes conflictos, ni dramas terribles. Una historia escrita sin trampas ni efectismos. Tomàs y Elvira han llegado a la vejez queriéndose. La vida les ha ido bien. El uno saliendo de una portería, la otra de un caserío en quiebra, han llegado a tener una vida plena. Y el cambio en el valor del vino del Priorat ha provocado un giro inesperado en la historia familiar. Con muy poquito argumento, Solsona obtiene un gran resultado.
Con una gran habilidad para narrar, como quien explica la historia de la familia, sin aburrir, y con un ritmo constante
La lección de Temps enrere, además de literaria, es moral. Habla del triunfo del amor y de la libertad en un contexto cambiante, que va de la posguerra, con su maleta de crímenes, desaparecidos y represaliados, hasta el boom de la viticultura, pasando por la emigración económica, el impacto social de Mayo del 68, la crisis religiosa y la transformación de las costumbres sexuales a través de la relación de Elvira con sus amigas. No es una gran saga, no habla del pasado y del futuro de Europa. Es una pequeña historia que, a veces, recuerda los libros de Maria Barbal. Sostenida a base de una gran habilidad para narrar, como quien explica la historia de la familia, sin aburrir, con un ritmo constante, con la chispa magnífica de la despedida en la Cova del Drac entre Tomàs y la señora Forrellad, que lo introdujo en el sexo y lo alejó de los curas. Para mí, es el mejor momento del libro. Un buen libro, hay quedecirloabiertamente.
Ramon Solsona Temps enrere