¿Pueden los autores feotes entender a sus personajes guapos?
REDES La cuestión de la escritura identitaria está en el fondo de casi todos los debates político-literarios de nuestro tiempo: quién tiene derecho a escribir sobre qué y hasta qué punto escribir sobre lo que no se es implica caer en la suplantación o en la apropiación. Hace unos días, una periodista y autora de un libro de memorias llamada Terese Marie llevó este tema a un límite que aún no se había alcanzado: ¿pueden los autores feos narrar sobre personajes guapos y deseables? A su parecer, Joyce Carol Oates, a la que calificó de “literary non hottie”, algo así como “no-buenorra literaria”, no estuvo nunca capacitada para imaginar a Marilyn Monroe con justicia porque carece de la compasión necesaria para comprender a una mujer “altamente sexualizada”. Por lo pronto, el tema ha tenido entretenido durante días a todo el Twitter libresco y ha dado pie a que muchos autores definan en esa red hasta qué punto se consideran hotties. Y también a que se posteen muchas fotos de Oates (siempre de cuando era joven, eso sí) reclamándola como sexy a su manera.