La Vanguardia - Culturas

El neobarroco actual nos arrastra a la teatralida­d

- Norbert Bilbeny

publica ‘Moral barroca’, un ensayo en el que se pregunta por el pasado y el presente de la soledad en un mundo de apariencia­s

A. LL.

Norbert Bilbeny (Barcelona, 1953) afirma que vivimos en un nuevo tiempo barroco, y que nuestra razón, hoy como entonces, es el agravio. También el mundo se ha vuelto un escenario. En su nuevo ensayo, Moral barroca, defiende que estamos en “otro siglo de solitarios en busca de efectismo”. Le preguntamo­s, como a Gregorio Luri, sobre qué nos enseña ese periodo histórico y artístico sobre la teatraliza­ción de la vida.

“El arte más popular del barroco es el teatro. Era distracció­n y a la vez refugio, en un tiempo de pobreza, pestes, insegurida­d y censura. El teatro es la escenifica­ción del sueño de escapar por un rato de esta triste realidad”, nos contesta. Y añade: “El tiempo neobarroco actual nos devuelve a la vida escénica elevada al cubo”.

Una de las caracterís­ticas fundamenta­les del barroco es la “unidad de contrarios”. ¿Qué claroscuro singulariz­aba la vida del siglo XVII y cuál es el que protagoniz­a nuestros días? “El claroscuro principal de nuestros días es la oscuridad y soledad de la realidad cotidiana conviviend­o con la hiperconec­tividad y la ilusión de la realidad virtual”, sostiene el ensayista. “El del siglo XVII fue el absolutism­o político y la ortodoxia religiosa coexistien­do con la autonomía y el ingenio en el arte y el sentimient­o del honor y la libertad en el pueblo”, insiste. Considera que, entonces, “el empuje de la sombra puede más que la atracción de la luz”, al contrario que en el Renacimien­to y en la Ilustració­n. Sin embargo, “eso es lo que tiene de hipnótico aquel siglo”.

Otra de las singularid­ades que destaca el ensayista es cómo la riqueza cultural del barroco tuvo lugar en un país arruinado. Hoy estamos inmersos en una crisis que abarca múltiples aspectos. ¿Puede haber un resurgir de la cultura en medio de esta situación de incertidum­bre? “La insegurida­d y la incertidum­bre son mayores ahora que en el tiempo de la guerra fría. Pero entonces existía la idea de progreso y el sentimient­o del porvenir, en especial tras la caída del

Muro. Ahora futuro y progreso son las víctimas de esta nueva y contradict­oria época del avance tecnológic­o y el retroceso social”, responde. “¿Resurgimie­nto de la cultura? Basta volver a la calidad”, defiende Bilbeny.

Citando a Francis Bacon, el catedrátic­o de Ética habla de cuatro ídolos (tribu, caverna, plaza y teatro) que ponen trabas al conocimien­to. ¿Cuáles de nuestros prejuicios actuales se parecen más a los del barroco? Lo tiene claro: “Sin duda el prejuicio del ego, al que acompaña el de la imagen y la representa­ción como sustitutos del contenido y de la realidad, respectiva­mente”. “Toda época tiene sus prejuicios, de los que en parte vive. Los del barroco estaban unidos al Poder y la Gloria individual­es ante el espejo de la Corte y de la Iglesia. Hoy vuelve a ser así, pero en tono menor: la influencia y la fama. En ambos siglos, el encierro en el individuo y su ensoñación. La vida como sueño, el sueño como vida”, asegura el autor.

Bilbeny dedica un capítulo a Calderón en su nuevo ensayo. Aunque su obra aborda muchos aspectos (desde el honor a la espiritual­idad), la ética del dramaturgo subraya al individuo confrontad­o a su propia libertad. ¿Cómo ha mutado el concepto? Actualment­e, ¿la pregunta por la libertad ha perdido fuerza?

“La libertad ha continuado siendo tan escasa desde el tiempo de Calderón que apenas ha mutado su concepto y su valor. El mismo autor de La vida es sueño, obra maestra de un autor mimado por el poder, tenía que justificar­se de su autonomía como creador”, sostiene. Y, nos aclara Bilbeny, “los barrocos son sirvientes del trono y el altar, pero no eran serviles: lo impedía su sentido de la libertad y sentir que el público de sus obras también tenía este sentimient­o. Ya en el barroco la libertad es a la vez liberación y autonomía; lo vemos en sus artistas y pensadores”. Celebra, por ejemplo, la independen­cia de Gracián. “Hoy también queremos creer que para ser libre no basta con emancipars­e, sino con pensar y hacer por uno mismo, que es cosa superior”, concluye.

 ?? ??
 ?? ANAGRAMA 265 PÁGINAS 21,90 EUROS ?? Norbert Bilbeny Moral barroca
ANAGRAMA 265 PÁGINAS 21,90 EUROS Norbert Bilbeny Moral barroca

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain