La Vanguardia - Culturas

PICASSO lápiz, papel y tijera

Dibujos, siluetas bidimensio­nales, objetos completame­nte tridimensi­onales; el genio malagueño es autor de una importante aunque menos conocida producción de recortable­s o ‘papiers découpés’; una muestra en Estados Unidos los analiza

- REPORTAJE ELABORADO CON LOS TEXTOS DEL CATÁLOGO ‘PICASSO CUT PAPERS’ EN EL HAMMER MUSEUM DE UCLA

Arte ISABEL GÓMEZ MELENCHÓN

El niño Pablo Ruiz Picasso también jugaba a piedra, papel, tijera, pero a su manera, sustituyen­do la piedra por un lápiz. Apenas cumplidos los nueve años ya había dado forma a un perro y a una paloma que aún se conservan, probableme­nte también a más figuras; así explicaba su amigo Jaume Sabartés la práctica del pequeño Picasso con las tijeras de bordar de su tía Eloisa: “Sus manos hábiles cortaban animales, flores, extrañas guirnaldas y grupos de figuras”. Picasso seguiría cortando y recortando, creando arte con papeles y cartones, dándoles volúmenes, agujereánd­olos, en ocasiones quemándolo­s, pintándolo­s o dibujando sobre ellos, convirtién­dolos en esculturas o en máscaras, en entretenim­iento para sus hijos o regalos para sus amigos, incluso en la década de 1960, cuando ya había cumplido 80 años, seguía creando formas animales y humanas, unas como modelos de futuras obras, otras por ellas mismas.

El trabajo en papel constituye un cuerpo importante en la producción de Pablo Picasso y ahora es objeto de una amplia

Apenas cumplidos nueve años, el pequeño Pablo ya había producido recortable­s como un perro o una paloma

exposición en el Hammer Museum de la universida­d de UCLA, en Los Ángeles, además de un muy detallado estudio sobre esta actividad del artista. Los recortable­s de Picasso, cut papers o papiers découpés formaban parte de una práctica de estudio más privada, creados como obras de arte independie­ntes o en relación con obras en otros medios; aunque el artista rara vez vendió o exhibió estos papeles recortados durante su vida, los firmó, fechó y archivó al igual que hizo con todas sus obras. De esta manera, muchos de ellos no han sido mostrados nunca en público o se han conservado planos o en carpetas, cuando estaban pensados en tres dimensione­s.

Esta es justamente la principal diferencia en la manera en que Picasso y Matisse, que consagró sus últimos años a la creación en recortable­s, enfocaban esta práctica. Según explica la historiado­ra del arte Allegra Penseti, en la publicació­n que acompaña la muestra, los papiers découpés de Matisse pertenecen básicament­e al ámbito de la pintura, mientras que los del artista malagueño son intrínseca­mente escultóric­os, ya fueran concebidos como obras independie­ntes de arte o como modelos. Y así desde sus inicios. La paloma y el perro que el artista recortó en papel marrón en 1890, sin que parezca haber ningún dibujo sobre el que guiarse, son captados en su esencia a pesar de medir menos de 10 centímetro­s ambos: el niño Picasso se entretuvo en recortar el pelo bajo el hocico del perro, mientras que el ala de la paloma se construye con una perforació­n que se extiende a lo largo del cuerpo; “siluetas como estas son puras expresione­s de forma que transmiten la percepción inquisitiv­a del niño, marcan el comienzo de una práctica artística fundamenta­l dentro de la obra de Picasso, que evolucionó y reinventó continuame­nte a lo largo de su vida”, opina Penseti.

Cortar y recortar papel, crear la ilusión del movimiento, superar la dimensión plana forman parte de las actividade­s infantiles, pero también de unas prácticas artísticas que han evoluciona­do de distintas maneras en las culturas, desde China, México o el norte de Europa. Una década después de recortar el perro y la paloma, el joven Picasso seguía utilizando las tijeras, ahora para formas más ambiciosas, una pipa, una pera, una guitarra, también siluetas, y evoluciona, los dibujos son principalm­ente figuras humanas, aisladas dentro de una página y recortadas de manera que los contornos siguen la forma del dibujo, pero de una forma muy libre y suelta. Combina en una misma pieza el dibujo en tiza negra, el fondo pintado con guache y lo recorta, como en Desnudo femenino, 1902-1903, donde perfila una mujer desnuda acostada en tinta marrón sobre un papel sepia, la recorta redondeánd­ola y la pega sobre un papel esmaltado azul; todo el conjunto desprende un aire de tristeza y soledad, que coincide con el suicidio un año antes de Carles Casagemas, querido amigo de Picasso.

Sus muchas indagacion­es sobre el trabajo en papel se reflejarán en varias cartas a Georges Braque, a quien se considera el padre de este tipo de esculturas y con quien había coincidido en Sorgues y París. Picasso escribió a Braque que estaba utilizando los últimos procedimie­ntos de aquel en papel para su trabajo sobre una guitarra. Será este motivo, la guitarra, la que lo lleve a nuevas cotas,

Aunque el artista rara vez vendió o exhibió estos papeles, los firmó, fechó y archivó al igual que hizo con todas sus obras

Si los recortable­s de Matisse pertenecen al ámbito de la pintura, los de Picasso son de factura escultóric­a

cuando comienza a construirl­as en papel como elementos casi escultóric­os, algo a lo que llegará con los años. Este primer ensayo, se podría decir, de diciembre de 1912, ya es completame­nte tridimensi­onal, incluso la dota de cuerdas. En los meses y años siguientes, producirá varias de estas guitarras para regalársel­as a Guillaume Apollinair­e o a Gertrude Stein, lo que sugiere según el estudio que considerab­a sus trabajos en papel como algo más que meros diseños preparator­ios.

Un nuevo cambio llegaría en París. Matisse adoptó los recortable­s tras sufrir una cirugía que lo dejó postrado en la cama; desde allí cortaba hojas de papel de diferentes colores y medidas, al principio de tamaño medio, pero que más adelante se convertirí­an en grandes murales. El artista malagueño comenzó a trabajar el cartón a lo grande para los decorados de los Ballets Rusos de Diaghilev, en concreto lo utilizó para Parade, 1917, en la fase preparator­ia de producción, que incluyó la construcci­ón de la maqueta arquitectó­nica de la escenograf­ía, también para el vestuario. En los años siguientes siguió trabajando en pintura, escultura y también en la elaboració­n de collages, mientras mantenía su producción de recortable­s, como la muy elaborada Paloma volando, de 1922, en la que retoma su modelo infantil para convertirl­o en una silueta en la que se detiene en detalles como las garras o las plumas; muchas de estas figuras son tridimensi­onales, como Guitarra y mesa ante una ventana, de 1919, una asombrosa versión en papel de sus pinturas cubistas.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial provocará una escasez de materiales, Picasso aprovechar­á lo que tiene a su alcance para seguir trabajando, como la Cabeza de muchacha, en esta página, para la que utilizó un trozo de mantel rojo y sepia, que perforó para los ojos. De esta época destaca una serie de pequeñas figuras para las que utilizó papel de envolver,mantelesys­ervilletas,conlosojos perforados o quemados. La leyenda, de la que se hizo eco Brassaï, quien fotografió estas figuras, quiere que Picasso las fabricó para consolar a Dora Maar, que había perdido a su perro.

La madurez del artista en su casa de La Californie, en Cannes, llenó de toda clase de objetos su estudio, como había hecho siempre, pero ahora con espacio y posibilida­des. De aquel caos creativo surgie

ron nuevas construcci­ones en papel, planas o tridimensi­onales, como las que aparecen en estas páginas. Ideadas individual­menteocomo­baseparala­producción de estatuas en metal, como el Gavilán de la página izquierda, son completame­nte picassiana­s en su trazado y factura. La fascinació­n del artista por las máscaras, que ya había fabricado antes, se hace más evidente que nunca con nuevas formulacio­nes. Y construye divertimen­tos, como el pájaro y la hoja de lechuga de papel dentro de una pajarera de verdad. Su carpeta Diurnes, en colaboraci­ón con el fotógrafo André Villiers, es el fruto de un elaborado proceso entre los recortes, el collage y la fotografía. Un paso más en un artista que nunca desechó nada; “eres lo que conservas”, dijo una vez el artista. Y él era, o al menos aspiraba,alatotalid­ad. |

Picasso cut papers

COMISARIAS: CYNTHIA BURLINGHAM Y ALLEGRA PESENTI, HAMMER MUSEUM, UCLA, LOS ÁNGELES. WWW.HAMMER.UCLA.EDU. HASTA EL 31 DE DICIEMBRE

 ?? COLECCIÓN PRIVADA, © 2022 ESTATE OF PABLO PICASSO / ARTISTS RIGHTS SOCIETY (ARS), NUEVA YORK ?? PABLO PICASSO Y ANDRÉ VILLERS: MÁSCARA. 1959, Fotograma recortado y pegado en papel vitela azul.
COLECCIÓN PRIVADA, © 2022 ESTATE OF PABLO PICASSO / ARTISTS RIGHTS SOCIETY (ARS), NUEVA YORK PABLO PICASSO Y ANDRÉ VILLERS: MÁSCARA. 1959, Fotograma recortado y pegado en papel vitela azul.
 ?? ?? PICASSO: CABEZA DE TORO. Vallauris, 1952, tiza negra sobre papel recortado. FUNDACIÓN ALMINE Y BERNARD RUIZ-PICASSO PARA EL ARTE, MADRID © 2022 ESTATE OF PABLO PICASSO, ARS, NUEVA YORK
PICASSO: CABEZA DE TORO. Vallauris, 1952, tiza negra sobre papel recortado. FUNDACIÓN ALMINE Y BERNARD RUIZ-PICASSO PARA EL ARTE, MADRID © 2022 ESTATE OF PABLO PICASSO, ARS, NUEVA YORK
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 ?? COLECCIÓN PRIVADA, © 2022 ESTATE OF PABLO PICASSO / ARS, NUEVA YORK ?? PICASSO: GAVILÁN. 1960, Lápiz de color sobre papel cortado y doblado. De este recortable hay una versión en metal.
PICASSO: MUJER CON EL BRAZO LEVANTADO.
COLECCIÓN PRIVADA, © 2022 ESTATE OF PABLO PICASSO / ARS, NUEVA YORK PICASSO: GAVILÁN. 1960, Lápiz de color sobre papel cortado y doblado. De este recortable hay una versión en metal. PICASSO: MUJER CON EL BRAZO LEVANTADO.
 ?? M PICASS STATE OF PA SO / ARS, N YORK ?? PICASSO: CABEZA DE MUCHACHA. París, 1943. Papel cor ado y quemado ( a ampado). ATIONAL
RI © 2022
M PICASS STATE OF PA SO / ARS, N YORK PICASSO: CABEZA DE MUCHACHA. París, 1943. Papel cor ado y quemado ( a ampado). ATIONAL RI © 2022
 ?? ?? PICASSO: CABEZA DE MUJER.Cannes, 1957. Lápiz de cera y grafito sobre piezas de cartón cortadas y ensamblada­s. MUSÉE NATIONAL PICASSO–PARIS. © 2022 ESTATE OF PABLO PICASSO / ARS, NUEVA YORK
PICASSO: CABEZA DE MUJER.Cannes, 1957. Lápiz de cera y grafito sobre piezas de cartón cortadas y ensamblada­s. MUSÉE NATIONAL PICASSO–PARIS. © 2022 ESTATE OF PABLO PICASSO / ARS, NUEVA YORK

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