Hermético pero no secreto
La biblioteca Arús acoge el ciclo ‘El saber secreto’ y una exposición de libros de alquimia montada por la Fundación Rosacruz
Me adentro en el jaleo de bares y tráfico del inicio del paseo Sant Joan de Barcelona, una mezcla de Chinatown y triángulo fantasioso donde circula la clientela de Gigamesh, Norma Comics y demás cultura urbana. Pero en el número 26 se abre una puerta a otro mundo más silencioso y asciendo unas impresionantes escaleras con columnas de mármol que recuerdan las de un templo griego, con una reproducción de la estatua de la libertad que da la bienvenida. Estoy en la biblioteca Arús, referencia internacional en libros sobre movimientos obreros, anarquismo y masonería. Se la debemos al empresario teatral, masón y librepensador Rosend Arús, que al morir en 1891 legó su piso y sus fondos para abrir la biblioteca.
Inmejorable lugar para el ciclo “El saber secreto: misterios antiguos, hermetismo y espiritualidad”, junto a una interesante exposición de libros sobre alquimia y saberes profundos que no se ven habitualmente, organizada por la Fundación Rosacruz. La Rosacruz fue una orden secreta vinculada al conocimiento de los alquimistas fundada en el siglo XVII por creyentes cristianos contrarios al dogma rígido de la Iglesia, que buscaban un saber enraizado en el sentido sagrado de todo lo que rige el universo. He quedado citado con el comisario de esta exposición, Eugenio
Martín, un destacado miembro de la Rosacruz en España. No aparece de un túnel secreto excavado en la pared ni lleva túnica con capucha. De hecho, es un hombre muy afable que me da su tarjeta de director de la agencia de publicidad y comunicación valenciana Arquetipo. Y es que la actual Fundación Rosacruz creada en 1993 se declara “un foro abierto, en contacto con instituciones académicas, sociales y artísticas”. Sin embargo, hay ritos que perduran: dos señoras se saludan en la entrada y se dan tres besos. ¡El triple beso es un antiguo símbolo rosacruz!
Eugenio Martín me explica que hermético no quiere decir secreto. “La traducción del Corpus Hermeticum en el siglo XV fue el arranque del Renacimiento, que retornó a los misterios y al paganismo”. Lamenta que en la actualidad se ha perdido el contacto con lo divino: “En la relación con lo trascendente hemos ido a menos. Nos hemos alejado en Occidente de la raíz de los misterios. Hemos perdido el propósito”. Su sentido de la trascendencia es místico pero también razonado: “Parménides por medio de la razón alcanza un conocimiento superior”.
Los alquimistas querían encontrar esa piedra filosofal que convertía los metales corrientes en oro. Martín considera que “la piedra filosofal es el momento en que el ser humano conecta con lo sagrado y comprende que está llamado a algo más grande”. Para tratar de explicarme eso “más grande”, me habla de ese campo vibratorio superior de la cultura egipcia que representa Heka. “Cuando se produce ese momento del ¡eureka! del descubrimiento asombroso, se ha producido la conexión con el campo vibratorio. El virus del sida se aisló en la misma franja horaria en París y Nueva York y ambos equipos de investigación se acusaron mutuamente de copia, pero, simplemente, sucedió que se inspiraron al mismo tiempo. ¡La sincronicidad de la que hablaba Jung!”.
No me resisto a preguntarle cómo compatibiliza el pensamiento espiritual rosacruz con el mundo materialista de la publicidad… “Se ha demonizado mucho al sector. Yo solo trato de ayudar a las empresas contando lo mejor que sé el mejor aspecto de su producto. Otra cosa es plantearnos: ¿habría que refundar el capitalismo? Pues posiblemente sí”. Y hace una reflexión que habría que grabar en piedra: “Es muy difícil acceder a lo espiritual si tienes hambre”.
El ciclo “El saber secreto” continuará este martes 25 de octubre en la Biblioteca Arús con la conferencia de Vicente Gorrís “La tradición médica occidental” y se cerrará el 8 de noviembre con la charla de Francisco Casanueva sobre “LaRosacruzylosmisterios”.