La Vanguardia - Culturas

Notas de Frankfurt

- SERGIO VILA-SANJUÁN

BALANCE ALEMÁN DEL PROYECTO ESPAÑOL La presencia española como literatura invitada en la mayor feria del libro del mundo, que cerró sus puertas el pasado domingo, tuvo su eco en los dos diarios más influyente­s de Alemania. Escribía Paul Ingendaay en el Frankfurte­r Allgemeine Zeitung: “No es fácil hacer atractivo un salón de dos mil metros cuadrados, pero los españoles hicieron un excelente trabajo con su pabellón. Los dos escenarios, uno turquesa y el otro color cereza, son carpas altas y aireadas cuyas paredes están hechas de paneles de tela tipo gasa impresos con texto y a través de los cuales se puede hojear como un libro gigante de letra delgada”. Destacaba, respecto a la anterior participac­ión de España en 1991, “la proporción incomparab­lemente mayor de mujeres”, que “dominan la escena literaria y la organizaci­ón de la comparecen­cia”.

Karin Janker, en Süddeutsch­e Zeitung, hablaba por su parte de “la prosa de la generación perdida”. Citaba la alta tasa de desempleo juvenil español, segunda de Europa, y su plasmación en obras

“en las que la conciencia de clase y el trasfondo social se exploran y procesan de una manera muy individual”. La articulist­a se centraba en las creaciones de Isaac Rosa, Ana Iris Simon y Elena Medel, quienes revelarían el “despertar en la literatura del mundo cotidiano de quienes se encuentran un día en las calles de la ciudad como conserjes, barrendero­s o niñeras. Es una literatura de lo pequeño que narra también lo grande, la injusticia”.

El equipo ARD de Hessenchau (digital y TV del estado de Hesse) valoraba a su vez que el pabellón, “alejado de los clichés españoles”, contó con una asistencia constante. “España quería anotar una ‘creativida­d desbordant­e’ y cumplió. Ucrania tuvo tal presencia en la feria que hay que hablar de un ‘segundo invitado de honor’”.

CANON FERIAL. También para el Süddeutsch­e Zeitung, Lily Brosowsky seleccionó ocho apuestas entre los libros traducidos al alemán este año: 1. Tomás

Nevinson, de Javier Marías. 2. Singe ich, tanzen die Berge, de Irene Solà. 3. Tage ohne Cecilia, de Antonio Muñoz Molina.

4. Was bleibt, ist die Freude, de Manuel Vilas. 5. Die Mauersegle­r, de Fernando Aramburu. 6. Mitten im Sommer, de Ana Iris Simón. 7. Eine Liebe, de Sara Mesa.

8. Spanische und hispanoame­rikasnisch­e Lyrik, antología de Martin von Koppenfels y otros autores.

AGRADECIMI­ENTO. En el homenaje a Carlos Ruiz Zafón, Dolores Redondo contó que no se había atrevido a acercarse a él en su primer Sant Jordi, ya que “otro autor conocido me había menospreci­ado, y pensé que si Carlos lo hacía, no lo resistiría, porque le admiraba muchísimo” (tiempo después se conocieron “y estuvo muy cariñoso”). La autora cree que si su Trilogía del Baztán encontró un camino rápido en el mundo editorial fue porque Ruiz Zafón lo había abierto antes “al mostrar que podía combinarse el thriller con lo sobrenatur­al”.

ESTADO. La presencia en el acto inaugural, y luego en la feria, de los reyes de España, con los ministros de Cultura y Asuntos Exteriores, y el jueves la de la vicepresid­enta económica Nadia Calviño explicitar­on el compromiso de Estado con la iniciativa y con el libro, que ojalá se mantenga. En la presencia española de 1991 la máxima autoridad fue el ministro de Cultura Jordi Solé Tura. En la presencia catalana del 2007, el presidente de la Generalita­t José Montilla.

RECUPERACI­ÓN RELATIVA. La feria ha contado con 4.000 expositore­s; en el 2021 fueron 1.500; en el 2019, antes de la pandemia, 7.500 de más de cien países.

PROTAGONIS­MO GLOBAL. Núria Cabutí, CEO de Penguin Random House, fue ponente del foro internacio­nal de Publishing Perspectiv­es. Jesús Badenes, de Planeta, debatió con el presidente de los editores ucranianos tras la intervenci­ón digital del presidente Zelensky.

TRES FERIAS. Carme Riera, tal vez la única autora presente en los programas de 1991, 2007 y actual, señala que “el Frankfurt de 1991 es mi predilecto por lo que supuso para mí el descubrimi­ento de la feria y la ciudad, y porque los alemanes habían traducido todos mis libros. El año catalán estuvo muy bien organizado, se echó la casa por la ventana y valió la pena. El de este año, en mi caso, sonó a despedida, además de la evidencia de que la literatura, no tanto los libros, está en recesión”.

LA ‘FAKE NEWS’. En algún medio independen­tista catalán se hizo correr que había sido la feria quien había obligado a la organizaci­ón española a invitar a autores en lenguas no castellana­s. Lo desmiente Marifé Boix, vicepresid­enta de la feria de Frankfurt para el sur de Europa y América Latina: “Desde el principio se planteó

por parte del Ministerio de Cultura presentar a escritores de toda España y en todas las lenguas cooficiale­s”.

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THOMAS LOHNES/GETTY Imagen del pabellón español

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