Salvar el arte medieval catalán
El historiador y político Joaquim Nadal se adentra en los hechos que llevaron a organizar la muestra catalana en el marco de la exposición de París de 1937
En junio de 1938, Joaquim Ventalló escribe desde París a Josep Tarradellas. El periodista se sube por las paredes. El exconseller de Cultura, Ventura Gassol, y su secretario, Melcior Font, no tienen intención de volver a Catalunya. La pareja se exilió en otoño de 1936 huyendo de la amenaza faísta. El pretexto: hacer gestiones culturales y participar en la organización de la exposición de arte medieval catalán que se mostró en el museo Jeu de Paume del 20 de marzo al 20 de abril de 1937 y que, con un gran éxito de público, se prolongó en el castillo de Maisons-Laffitte, del 22 de junio al 25 de noviembre.
Alexandre Plana también logró salir del país con un cargo conseguido por Tarradellas con el mismo pretexto: salvar la vida y ahorrarse la guerra. El crítico de arte estaba muy agradecido con el exconseller en cap porque “no tenía ninguna obligación conmigo” y esperaba “devolver a la Generalitat todo lo que ella me ha facilitado ”. La carta donde se despacha Ventalló se guarda en el Archivo Tarradellas.
De un tiempo a esta parte han aparecido las biografías de algunos de los partícipes del proyecto expositivo, como la de Melcior Font (2018) obra de Pau Vinyes, la de Ventura Gassol (2022) de Manel Pérez Nespereira, y también de su principal artífice, Joaquim Folch i Torres, El Noè del patrimoni artístic català (2022), de Santos M. Mateos Rusillo. La exposición de arte medieval ha hecho correr ríos de tinta. Es de aquel tipo de episodios en que los académicos quedan enganchados como a la miel y generan abundante bibliografía. Joaquim Nadal (Girona, 1948), arropado por el equipo del Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural que dirigía hasta septiembre de este año, publica ahora L’exposició de París (1937).
Una nueva obra con una tesis propia de los motivos para impulsar la muestra. “Se trataba de contrarrestar la propaganda franquista, que atribuía a los gobiernos de la República y al de la Generalitat una destrucción devastadora del patrimonio artístico”, dice el historiador. Pero Nadal defiendequeestenoeraelúnicomotivoni el más importante, sino “el de salvaguardia del patrimonio, preservación y estudio de los fondos de arte de los museos de Catalunya y hacer una clara promoción internacional en la capital del arte”.
Una tesis reforzada por la importancia del comisario de la muestra, Folch i Torres, y el papel mucho más tangencial del Comissariat de Propaganda de Jaume Miravitlles. Nadal no ve intencionalidad en usar la muestra como herramienta de construcción nacional o para buscar apoyo a una causa únicamente catalana. Va más allá: sitúa el precedente en los inicios de la etapa republicana, pero surgida del contexto generado por la Guerra Civil, y la desvincula de proyectos expositivos anteriores no realizados, aunque sus raíces se encuentren en el noucentisme y en el interés artístico de la Mancomunitat.
El volumen no se queda solo aquí. Bien investigado, con múltiples fuentes de archivo, y muy bien ilustrado, explica la problemática de la Generalitat con los gobiernos de las repúblicas española y francesa para conseguir los permisos de instalación del material, las vicisitudes de este hasta Olot y después París y, asimismo, el destino de las obras para salvarlas de la destrucción y del franquismo.
La obra está a caballo entre el ensayo histórico y un artículo académico largo, donde se rebaten las tesis de otros autores. Eso último hace que Nadal repesque el hilo de la narración, como lo hacen algunos documentales del canal Historia o Netflix que pasado un cuarto de hora hacen un breve resumen para que el espectador no se pierda. Algunos lo agradecerán, otros lo encontrarán molesto. Los fondos del Departament de Justícia que lo ha editado, entodocaso,hansidobienempleados. |
A caballo entre el ensayo histórico y el formato de un artículo académico largo, donde se refutan tesis de otros autores
Joaquim Nadal i Farreras
L’exposició de París (1937). L’art medieval català a París durant la guerra civil espanyola
GENERALITAT DE CATALUNYA. 295 PÁGINAS. 25 EUROS