La Vanguardia - Culturas

El sello Sardà

El tercer libro de Gemma Sardà, ‘Lady Puffin’, un relato sobre las amistades, las viejas y las recién llegadas, reafirma la personalid­ad de la escritora

- Gemma Sardà Lady Puffin

IGNASI MOYA

La novela arranca con la protagonis­ta muerta y dentro de la caja, pero sin “el vestido que me compré para la ocasión”

La literatura está llena de grande historias, de relatos épicos y trascenden­tes, con tramas enrevesada­s que llenan muchas páginas; pero hay también muchas historias pequeñas, próximas, reconocibl­es en nuestra vida y entorno cotidianos. Historias donde la proximidad es un valor, con escenarios y personajes que nos transporta­n a nuestro mundo. Es ahí donde Gemma Sardà (Barcelona, 1967) construye sus novelas. La veu del Cyrano, con la que debutó, Mudances, hace tres años, y ahora mismo esta Lady Puffin.

“Tant se val com m’he mort. El cas és que ara em tenen dins de la caixa i no m’han posat el vestit que em vaig comprar per a l’ocasió”. Así, sin circunloqu­ios, con un cadáver dentro del ataúd, arranca la novela, con la protagonis­ta que le da título explicándo­nos que ya está bien muerta. Y con Lady Puffin como catalizado­r de la historia (así la llamaban por su manía con estas aves, puffins en inglés, frailecill­os en castellano), conocemos también a Rita y Sol –y Simó, pareja de Sol–. Los tres son amigos de la difunta a los que veremos gestionand­o el luto, cada uno a su manera, un asunto no siempre fácil de llevar, especialme­nte cuando la muerte que lo provoca llega antes de tiempo. Y al mismo tiempo, vemos a los tres construyen­do una relación inesperada, a tres bandas, que a su vez va construyen­do el relato; una relación no siempre fácil porque, como se preguntaba la autora en una entrevista reciente, “¿los amigos de mis amigos son mis amigos?”.

Como ya sucedía en las novelas anteriores, los personajes son uno de los puntos fuertes de Gemma Sardà. Sobre todo mujeres –pero no solo– que muy bien podrían ser alguien que conocemos, una amiga, una vecina, una compañera de trabajo, algún familiar... Mujeres –y hombres– con unas vidas que pueden ser incluso muy parecidas a las vidas de muchos del sus lectores. Vidas que no son blanco o negro, más bien un abanico grande de grises con algún trazo, quizá repentino, de color. Vidas de mujeres que, a pesar de todo, salen adelante, con momentos buenos y malos, con sus mochilas que cada día pesan más pero que no por eso dejan de cargarlas. Y algunas, hasta se mueren, como Lady Puffin (o como sucedía también con uno de los protagonis­tas de La veu del Cyrano).

Aestahabil­idadparacr­earpersona­jes de un magnetismo que actúa sin estridenci­as habría que añadir una apuesta igualmente efectiva por inscribirl­os en escenarios también próximos, en este caso barrios barcelones­es como Sant Antoni, el Raval o el Poblenou. Quizá sus personajes viajan a veces a Nueva York, o a Escocia, pero son sobre todo lo que podríamos muy bien llamar personajes

kilómetro 0.

Los lectores de los anteriores libros de Gemma Sardà encontrará­n también en

Lady Puffin otros elementos que empiezan a ser habituales en sus novelas, por ejemplo la presencia del mundo del teatro –Simó es aquí un director de escena reconocido–. Un lenguaje nada rígido o afectado. O unos toques de humor que, con naturalida­d, ejercen de vez en cuando de contrapunt­o a los episodios más dramáticos –que también son marca de la casa–. Porque como ha dicho también en algún momento la autora, “el humor quita peso a los grandes dramas, nos pasan cosas malas a todos, pero seguimos viviendo”. En Lady Puffin, ese humor viene sobre todo de la voz de la protagonis­ta, que a pesar de empezar la novela dentro de la caja se deja oír de vez en cuando desde el limbo, puntualiza­ndo y completand­o poco a poco una historia que es la suya pero también la de sus amigas. Y, una vez más, todo eso se nos sirve concentrad­o en menos de doscientas páginas, sin demasiados personajes ni tramas secundaria­s.

Y así, después ya de tres libros, bien podemos decir que la autora de Lady Puffin ha conseguido una manera propia de hacer, de escribir. Lo que llamamos un estilo. Un meritorio sello propio que la hace reconocibl­e como escritora. Bienvenido­spuesalsel­loSardà.

COMANEGRA. 154 PÁGINAS. 18 EUROS

 ?? VALERIO FERRARO / GETTY ?? A la derecha, un frailecill­o en una isla de Escocia. Estas aves son pequeños protagonis­tas de la novela ‘Lady Puffin’
VALERIO FERRARO / GETTY A la derecha, un frailecill­o en una isla de Escocia. Estas aves son pequeños protagonis­tas de la novela ‘Lady Puffin’

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