La apuesta exponencial del Mira Festival
El Festival de Artes Digitales de Barcelona cambia de ubicación y crece. Dobla espacio y amplía horarios: más de trece horas diarias de programación los días 11 y 12 de noviembre. Mira Festival se traslada al recinto Fira de Montjuïc, donde contará con tres escenarios y una zona de instalaciones de gran formato. Es decir, cambia el contexto pero mantiene el mismo espíritu vanguardista; eso sí, con matices: la irrupción en lo alto del cartel de propuestas como la de Orbital rebaja la tendencia underground y dota de mayor proyección a una cita que mantiene un insobornable pulso con las nuevas tendencias de la música electrónica y de vanguardia.
La fastuosidad sintética del dúo británico Orbital, siempre ataviados con sus icónicas gafas iluminadas, hace décadas que protagoniza los grandes momentos de las citas de la música de baile de referencia. En su momento álgido, a mitad de los noventa, cuando publicaron el injustamente poco recordado In Sides, fueron saludados por la prensa musical de las islas como “la mayor revolución musical desde Beethoven”, en un exagerado alarde que ahora se observa con cierta sorna. En el Mira presentan 30 something, un nuevo trabajo que celebra los treinta años del proyecto con un espectáculo visual y el mismo ímpetu innovador que antaño y que parecieron obviar en momentos puntuales del inicio de este siglo. Su inconfundible sonido y contundencia, junto a una muy creíble capacidad de improvisar en directo, hacen de este concierto un momento importante de la temporada musical en Barcelona.
El estructuralismo de Alva Noto, Squarepusher en formato audiovisual, el ambient evocativo de Caterina Barbieri y la colaboración de la minimalista Kalie Malone con el genio del doom metal Stephen O’Malley; o la pulsión del tecno minimalista de Voice from the Lake y la experimentación urban de Loraine James completan la oferta. Además, entre otros y casi todos importantes –no todos son excelsos–, el productor Clark, en un intento de recuperación casi inmediata del pasado, presenta un show audiovisual en el que recupera Boddy Riddle, su primer trabajo, del 2007, y la cuota más pop de la cita.