Fornas, la eminencia gris
El historiador Joan Esculies pone en valor la figura de quien ejerció como secretario en la sombra de Josep Tarradellas y creador de la editorial Pòrtic
Aunque la historia del movimiento antifranquista es más bien la de un fracaso, se ha ganado una aureola mítica debido a la represión y al exilio que sufrieron sus integrantes. En los últimos años se han conocido nuevos testimonios que ayudan a conocer una resistencia que no solo fue política, sino también cultural y social. Y ahora el historiador Joan Esculies nos redescubre la figura de Josep Fornas (Barcelona, 1924-2021), un auténtico tapado, porque ejerció como secretario en la sombra de Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat en el exilio, y a su vez fue fundador de la editorial Pòrtic, que publicó en catalán pese a los problemas con la censura, y participó en acciones en favor del restablecimiento democrático.
Publicó en catalán pese a los problemas con la censura, y participó en acciones en favor de la democracia
Joan Esculies (Manresa, 1976), colaborador de este suplemento, que ha ganado el premio Carles Rahola de ensayo 2022 con Josep Fornas, el solucionador, nos ofrece un retrato detallado y minucioso al extremo del biografiado, basado en buena parte en sus propios dietarios. Un trabajo que complementa su magna obra Tarradellas, una certa idea de Catalunya. Pero el volumen es también la crónica de los fantasmas del exilio, de las peleas internas dentro de ERC entre Andreu Abelló y Heribert Barrera, de los enfrentamientos de Tarradellas con Òmnium Cultural y Montserrat o de la fobia anticomunista en ciertos sectores antifranquistas. Cuestiones que también ayudan a entender la trastienda del antifranquismo.
Especialmente interesante es el papel de Fornas primero como colaborador y más tarde ya casi como secretario de Tarradellas. No solo le informaba de lo que sucedía en el interior y le pasaba informes, sino que se encargaba también de buscarle financiación. Durante unos años ejerció como “eminencia gris”, como lo llamó Josep Benet. Fue el enlace de Pere Duran Farell, Domingo Valls Taberner, Manuel Ortínez o Josep Ensesa que ayudaban económicamente y en secreto a Tarradellas. Primero como militante de Unió Democràtica de Catalunya y luego de Esquerra Republicana de Catalunya, jugó un papel relevante, sobretodo en los años cincuenta y sesenta.
Algunos episodios tienen tintes surrealistas, como una conspiración para derrocar a Franco dirigida por Josep Camps, un sastre exiliado en París, con el supuesto apoyo de la monarquía marroquí, o el paso por la frontera con dinero para Tarradellas que Fornas escondía bajo su ancho jersey inglés. Para despistar a la policía solía comunicarse por escrito con nombres claves: Jordi Pujol era “Saragossa”, por su estancia en la prisión de esa ciudad; los comunistas eran los “super-paraguayos”; Joan Cornudella, era “ganyotes”, etcétera.
Fornas, dotado de gran capacidad de trabajo, se relacionaba con todos los sectores, desde los intelectuales hasta los políticos y financieros. Y entre unos y otros aparecen personajes como mosén Dalmau, Jaume Miravitlles o “el hijo del chófer” (es decir, el periodista Alfons Quintà) con un papel destacado. Ya en democracia, fue elegido diputado del Parlament por ERC, y esta parte, aunque ofrece pocas novedades, es reveladora de ciertos desengaños y peleas internas.
A nivel personal, le dolió que su compromiso le distanciara de Tarradellas, que quiso mantenerse alejado de los partidos. Una anécdota: en la última etapa Pere Aragonès, entonces dirigente de las juventudes de ERC, lo llevaba a las reuniones como chófer.
Fornas fue un hombre clave en la recuperación de la Generalitat del exilio y, como señala Esculies, fue “más tarradellista que hombre de siglas” y “sin ser conservador, era más catalanista y republicano que de izquierdas, además de anticomunista”. |
Joan Esculies
Josep Fornas, el solucionador PÒRTIC. 440 PÁGINAS. 18,90 EUROS