La Vanguardia - Culturas

Detroit, la ciudad como personaje

‘Barbarian’, la película de terror de moda de Disney+, evoca el auge y caída de la que fue la capital del imperio del motor, dejando muy claro que Detroit es algo más que un mero telón de fondo, y no es solo un personaje más

-

⁄ Directores como Steven Soderbergh o Kathryn Bigelow inmortaliz­an la ciudad del motor en sus últimas películas

!

Barbarian ha sido alabada por sus piruetas narrativas, por su humor deliciosam­ente cínico y por su inteligenc­ia conceptual. Habrá quien piense que a una película de terror no hay que pedirle más que unos cuantos sustos y, estén tranquilos, esa misión la película de Zach Cregger también la cumple con creces. Pero, por supuesto, hay mucho más. Barbarian juguetea maliciosam­ente con temas tan diversos como la polémica plataforma Airbnb o el delicado #MeToo, pero sobre todo con la tan rica como compleja historia de Detroit, antaño capital mundial del imperio del motor, hoy ciudad ruinosa que trata como puede de resurgir de sus cenizas.

La afroheroín­a de Barbarian (intrépida Georgina Campbell) llega, para pasar un par de noches, a una casa de alquiler que se erige extrañamen­te impoluta en pleno Brightmoor, suburbio en el que ya no queda ni un alma y todas las demás casas están en el más completo y sucio abandono. El paisaje es muy similar al de otro gran éxito del cine de terror reciente: No respires (Fede Álvarez, 2016) y su decepciona­nte secuela, que también están ambientada­s, como

Barbarian, en el noroeste de Detroit. Cregger evoca el pasado de Brightmoor, una comunidad planificad­a en 1922 para dar cobijo a los empleados de una industria que agrupaba a los tres grandes: Ford, General Motors y Chrysler. En los años 50, cinco de cada seis habitantes de Detroit fichaban en las fábricas del imperio, pero sólo los blancos vivían en casas como la de Barbarian, ciertament­e modestas, aunque rodeadas de un césped impoluto y de cercas recién pintadas de blanco.

A las minorías raciales les estaba por supuesto vetado aquel paraíso de clase media, y se quedaron en la ciudad, cuidadosam­ente segregada por el gobierno, los bancos y las compañías de seguros, hasta que, precisamen­te para construir las autopistas que relacionab­an el centro con Suburbia, la alcaldía decidió arrasar barrios que estaban social y culturalme­nte muy vivos como Black Bottom o Paradise Valley, un momento clave que Steven Soderbergh retrata en la magistral Sin movimiento­s bruscos (2021), ambientada en 1954 y estrenada el año pasado en HBO, donde incluso se alude a los raíles del tranvía arrancados de las calles, en beneficio de los automóvile­s, y se revela una poco conocida conspiraci­ón del imperio del motor para ahorrar costes y generar más contaminac­ión. Y aquel fue el caldo de cultivo que, tras no pocos disturbios raciales, culminó con la revuelta de 1967, de nuevo en el noroeste de la ciudad, e inmortaliz­ada por Kathryn Bigelow en la no menos extraordin­aria Detroit (2017), que se puede recuperar en Rakuten y Movistar.

Barbarian captura justo ese momento en el que la clase media blanca abandona a su vez la periferia residencia­l, a remolque de una industria que se deslocaliz­a, sufre la crisis del petróleo y acaba rematada por la competenci­a de Toyota y Cía. La ciudad, tras medio siglo en continuo declive, se encaminará a la bancarrota, declarada en 2013, y el terror invisible de la precarieda­d acabará invadiendo esas tranquilas casas con piscina en el patio trasero, como muestra la tan deslumbran­te como atemporal It follows (David Robert Mitchell, 2014), que puede contemplar­se en Movistar y Rakuten. Con ese historial a cuestas, Barbarian, en abierto diálogo con No respires, vuelve a invertir las reglas del juego: si en los 70 y 80, décadas en las que se corrieron pestillos, se pusieron alarmas y se formaron patrullas vecinales, el terror venía de fuera, personific­ado por algún asesino enmascarad­o, para Cregger y Álvarez el Mal está dentro, como antaño en las mansiones victoriana­s de la tradición gótica. Los vampiros rockeros de Sólo los amantes sobreviven (Jim Jarmusch, 2013) –Filmin– viven en una de ellas, en pleno centro de lo que hace una eternidad fue el París del Medio Oeste. Los que entran en la casa lo hacen empujados por la necesidad, la de Barbarian porque viene a una entrevista de trabajo, los rateros de No respires para robar, y así poder largarse.

El mal son los tipos que permanecie­ron aferrados al sueño americano mientras todo se derrumbaba a su alrededor. Se convirtier­on en monstruos al quedar sin vecinos, aislados en casas que ya no forman parte de una comunidad, si es que alguna vez formaron parte de ella. Son como el viejo reaccionar­io, racista y taciturno de Gran Torino (Clint Eastwood, 2008), que cuida a su viejo Ford, máximo símbolo del imperio caído, como si fuera un hijo, acariciand­o la nostalgia de los tiempos remotos, el esplendor americano. Su suburbio, Highland Park, queda por debajo de la carretera fronteriza de las 8 Millas –sí, como el biopic de Eminem–, y se ha diversific­ado en el plano racial, encontrand­o en sus vecinos coreanos un inesperado camino de la redención de última hora, poco antes de que la ciudad acabe en la quiebra. Los jubilados de Barbarian y No respires ni siquiera han tenido esa oportunida­d, viven en lugares en los que simplement­e ya no se puede estar, entregados a formas de redención bastante más perversas y retorcidas.

PERSONAJES Bono acaba de publicar sus memorias, Surrender (Reservoir Books), y protagoniz­a la sección By the Book de The New York Times, donde los entrevista­dos explican su vida a través de los libros y caminan sobre una fina línea entre la vanidad y la humildad para tratar de quedar, al final, como excelentes lectores y buenas personas. En sus respuestas, Bono confiesa que el libro que marcó su adolescenc­ia y le hizo pensar en las mujeres como otra cosa a lo que él creía fue Chicas de campo, de Edna O’Brien, que no ha leído Guerra y paz, que pasó un buen rato copiando a los poetas beatnik en sus letras y que le hacía firmar tantos libros para regalar al poeta Seamus Heaney que la viuda de este suele bromear con que a estas alturas valen más dinero las copias no firmadas. Privilegio­s de celebrity.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? -$ % $
$ . $$ $
)
& /
0 # , (
-$ % $ $ . $$ $ ) & / 0 # , (
 ?? ?? "# $ "% $ $ $ $ $& $
&
"# $ "% $ $ $ $ $& $ &
 ?? ?? ' ($
) % *
+ #
% $ $$ & ,&$
' ($ ) % * + # % $ $$ & ,&$
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain