Cómo combatir el malestar
Fèlix Riera adopta el bosque como símbolo de una catarsis necesaria para dejar atrás la angustia de las crisis
Poseedor de un peculiar talante abierto y liberal, Fèlix Riera (Barcelona, 1964) colabora en La Vanguardia como articulista y dirigió hace unos años Catalunya Ràdio. Se trata de un destacado gestor cultural que fue director editorial de La Esfera dels Llibres y del Grup 62 y que es director de la Fundación Romea (dedicada a las artes escénicas). Es también autor de ensayos. En su última entrega, plantea pistas para una mejor comprensión de la sociedad, la de nuestros días. Ésta anda envuelta en el desasosiego y la incertidumbre por la acumulación de serias crisis; por razones económicas y políticas que nos dejan en el paro o en la precariedad, por razones tecnológicas y políticas que dan paso a tremendas desigualdades y abusos de todo tipo. Numerosos ciudadanos sufren totalmente indefensos los cambios que se producen a su alrededor, donde emergen diferentes códigos de conducta social. Desamparo, desorientación, impotencia, rabia.
Siempre en la idea de que a los individuos les es posible cambiar el estilo de sus vidas, Riera adopta el bosque como símbolo de una catarsis necesaria para dejar atrás el malestar angustioso y desesperanzado que nos invade. El bosque, pues, como lugar que permite respirar a fondo y sentir intensamente nuestra realidad. Así, ofrece la analogía que guarda la deforestación de los bosques con la imagen de los seres humanos a quienes les falta oxígeno para respirar y que por ello se ahogan. La vuelta al bosque es una vuelta a los orígenes.
Fèlix Riera recoge la opinión de Edgar Morin de que hoy el campo de batalla que nos afecta de forma más directa se sitúa en el terreno de la mente. Nos vemos empujados a un tobogán de visiones pesimistas y eufóricas, dominados por el uso de algoritmos que destapan sin cesar nuestra privacidad, en comportamientos, gustos y preferencias, y que reducen la realidad humana a sólo datos. Estas intromisiones en la vida privada de la gente están laminando el concepto de intimidad.
Esta perspectiva manifiesta un alto agotamiento físico y emocional, un malestar cuya toma de conciencia está cada vez más extendida. Por otro lado, el cambio climático está fuera de duda; con la ciencia no se puede discutir. La angustia por sus consecuencias y por los desastres medioambientales recibe el nombre de solastalgia; un neologismo introducido hace quince años.
La fractura entre ciudadanos y autoridades es enorme. Riera habla de personas y el Estado, pero así nos podemos confundir dado que muchos hablan del Estado en vez de citar España. Lo cierto es que la desafección con las autoridades, sean municipales, autonómicas, nacionales o supranacionales, es un fenómeno universal.
Riera reivindica el derecho a no ser sometido por una identidad colectiva impuesta al nacer. Y eleva a la categoría de héroes modernos a quienes expresan y comparten en público su vulnerabilidad, como la campeona mundial en gimnasia Simone Biles.
El autor presenta estas reflexiones con un imponente recital de citas, tanto de poemas y películas como de libros y artículos.