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PANTALLAS El actor Jonah Hill ha tomado una decisión arriesgada para cualquiera que pretenda mantenerse a flote en Hollywood: no va a volver a participar en la
promoción de ninguna de sus películas, una decisión similar a la que tomó hace un año la tenista Naomi Osaka, que pidió no dar ruedas de prensa en los torneos (aunque potencialmente mucho más costosa para Hill, puesto que la comunicación es una parte intrínseca de cualquier proyecto audiovisual). Lo curioso es que llegó a esa conclusión, que las entrevistas y las apariciones públicas suponían un coste demasiado elevado para su salud mental, justo en el proceso de filmar su último proyecto, Stutz, que se estrenó hace
unos días en Netflix, y es un retrato de su psiquiatra, Phil Stutz, terapeuta de otros actores y actrices famosos, y quien ahora se está encargando de hacer la promo en solitario y a la vez seguir tratando a su paciente en torno a esta cuestión. Según Indiewire, la web del sector, la película perdió la oportunidad de verse en el festival de Telluride precisamente por la negativa de su director a acudir a defenderla y ha recibido muchos menos mimos por parte de Netflix por el mismo motivo.