Lapierre y la libertad en noviembre de 1975
⁄ Los libreros ponían un cartel explicando que aquel libro sobre India no tenía relación con lo que ocurría en España
En el mundo de la promoción editorial hay un antes y un después de Dominique Lapierre y Larry Collins, que las hacían espectaculares. En noviembre del emblemático 1975, el periodista francés fallecido la semana pasada, que hablaba perfectamente castellano, estaba presentando en España su libro Esta noche, la libertad. Su colega y gran amigo Collins se ocupaba mientras tanto de los países anglófonos. Para lanzar aquel gran reportaje sobre la independencia de la India en el año 1947, la editorial Plaza & Janés, que tenía importantes expectativas de venta, le había dispuesto el medio de transporte más rápido que encontró. Se trataba de una avioneta Piper, en la que
se colocó a los lados un letrero con la frase “Esta noche, la libertad”, y que llevaba a Lapierre de una ciudad a otra sin perder un minuto para la ceremonia de las entrevistas y las firmas a los lectores; en ocasiones el escritor visitaba varias localidades en un mismo día. Una campaña de anuncios en televisión, también pionera en el marketing nacional de libros, apoyaba la gira.
Pero aquel era un mes de inquietud en el país. Francisco Franco estaba agonizando (falleció, como es sabido, el día 20) y la ciudadanía se preguntaba qué ocurriría. Según me explicó Lapierre “era una situación peculiar, sobrevolar España con Franco muriéndose, llevando un aparato con esa frase. En varios aeropuertos nos preguntaron qué libertad estábamos reclamando; aquella forma de desplazarse constituía una iniciativa completamente nueva en el terreno editorial. En Zaragoza, al aterrizar, casi chocamos con un avión militar. Yo firmaba ejemplares en El Corte Inglés y en las grandes librerías de cada ciudad, y teníamos tanto éxito que muchos libreros colgaron en sus escaparates un cartel donde se avisaba que Esta noche, la libertad no tenía nada que ver con los acontecimientos que atravesaba el país”.
Había razones para la cautela, ya que pocos meses antes, cuando el directivo de Plaza & Janés Ignacio Fraile volvía de visitar a Lapierre en su casa de Saint-Tropez cargando material promocional de la edición francesa, había sido retenido varias horas en la frontera para que explicara qué era eso de la libertad y certificar que no se trataba de propaganda clandestina...
Dominique Lapierre y Larry Collins eran viejos conocidos de los lectores españoles. Su atractiva fórmula de reportajear la historia contemporánea con proyectos muy profesionales a enorme escala había seducido al director literario de Plaza & Janés, el escritor Mario Lacruz, que trabaría amistad personal con ambos. Sus sucesivos superventas internacionales, Arde París, sobre el final de la Segunda Guerra Mundial en la capital francesa, O llevarás luto por mí, sobre el ascenso del torero el Cordobés ,y O Jerusalén, sobre la creación del Estado de Israel, habían ocupado también aquí los primeros puestos en las listas de ventas. Libros, por cierto, que han aguantado espléndidamente el paso del tiempo. Para escribir Esta noche, la libertad recorrieron la India durante tres años en un Rolls Royce entrevistando a centenares de testigos; luego se encerraban a redactar a cuatro manos su texto, Lapierre en francés, Collins en inglés.
A raíz de su trabajo para ese libro, y para el posterior La ciudad de la alegría, que escribió en solitario, Lapierre creó una fundación de ayuda humanitaria en India y, según ha recordado estos días su sobrino Javier Moro, es el único escritor que ha visto transmutarse sus palabras en la creación de hospitales. En noviembre de 1975, según las encuestas del INLE, Esta noche, la libertad fue el libro más vendido en España. Y aunque no trataba de Franco sino de Gandhi, Nehru y lord Mountbatten, quizás no fue casual que un libro con la palabra “libertad” en portada fuera el que más se comprara aquel mes y en aquel país que estaba esperando a que el dictador abandonara la escena y su propia libertad colectiva se activara.