La Vanguardia - Culturas

No he llegado hasta aquí para rendirme

Sílvia Alcàntara cuenta la historia de una mujer que se separa del marido, se queda sin nada y se pone a limpiar pisos. Una lucha por la libertad y por la libertad de amar

- Julià Guillamon “No he arribat fins aquí per rendir-me”. Bien hecho, Cèlia. Y bien por Sílvia Alcàntara, que continúa su obra con enterezayc­onvicción. /

⁄ Creo que es una autora única en nuestro panorama y que si cundiera su ejemplo nos iría harto mejor

He escogido, para titular este artículo sobre Cèlia Palau de Sílvia Alcántara (PuigReig, 1944), una frase de la novela. La protagonis­ta se ha separado del marido y, cuando se dispone a vivir su vida, se da cuenta de que las condicione­s del mercado laboral han cambiado respecto a mediados de los sesenta, cuando se incorporó a él. Va por las tiendas buscando un empleo de dependient­a, le dicen que es demasiado mayor y le exigen catalán, inglés e informátic­a. Estamos en los primeros noventa y Cèlia tiene más de cuarenta años. Qué puede hacer ¿agachar la cabeza? ¿Permitir que sus esperanzas sean como el tronco encendido que poco a poco se convierte en cenizas? No! Y entonces viene la frase que les digo: “No he arribat fins aquí per rendir-me”.

Mientras piensa cómo puede reciclarse, estudiar, prepararse, se mete a fregar por las casas. Qué pequeño es el mundo. En el año que Eva Baltasar vuelve a la novelayexp­licaen Ocàsifasci­nació lahistoria de una mujer que limpia pisos, Sílvia Alcàntara también habla de una. Qué diferencia entre estos dos personajes: nihilismo y fuerza interior, cinismo y voluntad de ser uno mismo, desesperac­ión y amor. Cèlia Palau representa una generación de mujeres –la generación de la autora– de piedra picada. No es una crítica a Eva Baltasar: son dos novelas recomendab­les, dos caras de la misma moneda.

He escogido esta frase pero hubiera podido titular estas dos columnas “Elogio de Sílvia Alcàntara”. Creo que es una autora única en nuestro panorama y que si cundiera su ejemplo nos iría harto mejor. En primer lugar: la lengua. Que catalán tan sencillo, claro y bien escrito, con la vibración de una lengua autética con la que se puede hablar de todo. Cèlia Palau se reencuentr­a con su marido en casa de la hija que se va a Madrid a vivir. Preferiría no habérselo encontrado pero así son las cosas y no puede huir corriendo. ¿Cómo es posible que un día su corazón latiera al verle, que le hubiera esperado anhelante, contando los días para ser toda suya? Y lo remata con una gran imagen: Ahora lo veía como un ramo de flores marchitas cuando las sacas del agua, les caen las hojas y huelen a muerto.

Alcàntara es la escritora que conozco más cercana al concepto de no-escritor. No es afectada, ni pedante, ni enrevesada, ni nos sirve una falsa inocencia o un candor postizo construido literariam­ente. Es la pura naturalida­d sostenida sobre una lengua de una eficacia demoledora.

Una vez que puede hablar con ella un buen rato me contó que empezó en el teatro de aficionado­s y que se enamoró de Josep M. de Sagarra. El movimiento escénico de sus novelas está muy bien montado. En Cèlia Palau lo hemos medio visto, en relación con los encuentros con el ex –Ricardo–. Pero también en los episodios con el señor que la pretende –Martí– y con el amo de la notaría –Joan– con quien acaba trabajando. O con los hijos y sus parejas.

En este triangulo de relaciones masculinas subyace una verdad social. Pero, al carecer de premeditac­ión literaria, Alcàntara no da lecciones sobre la crisis de lasgrandes­familiasni­sobrelarel­aciónde dominio que se establece entre un notario y una secretaria. Solo explica una historia. Potente, humana, conmovedor­a. El resto llega por añadidura. Cèlia Palau ha estado casada con el heredero de una gran familia, ha vivido en una casa con servicio. La separación la dejó sin nada. Tras la época de fregar pisos se incorpora como niñera de los niños de la hija del notario. Estudia y quiere salir del piso apestoso donde vive y se le ofrece como secretaria. Acaba siendo su amante, pero el señor no se deja ver nunca con la amiga. El encuentro con una exmonja –Maria– a la que trató en su juventud lo cambia todo. Nos enfrenta al tema de la libertad y de la libertad sexual, del amor y la compañía.

 ?? Eli D / ACN ?? Sílvia Alcàntara en la presentaci­ón de ‘Cèlia Palau’ en la librería Ona de Barcelona
Eli D / ACN Sílvia Alcàntara en la presentaci­ón de ‘Cèlia Palau’ en la librería Ona de Barcelona

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