La Vanguardia - Culturas

Cuando la muerte da un sentido total a la obra

El libro póstumo de Camila Cañeque recoge una particular y original forma de pensar y analizar la literatura y la vida

- Mey Zamora /

Una artista conceptual emprende un proyecto de escritura que es como un laberinto del que cuesta salir. Lo titula La última frase. Surge de una pulsión, que se convierte en obsesión, por fijarse en las palabras finales de las obras literarias. Primero las mira, después las va fotografia­ndo con el móvil y cuando el volumen amenaza con colapsar su aparato, las pasa a un documento de Google donde hace diversos intentos de clasificac­ión. El punto de vista y el manejo de esos materiales por parte de la creadora provocan una obra única a caballo entre el ensayo filosófico, literario o semiológic­o y el diario personal.

La frontera, el límite entre la realidad y la ficción, entre lo individual y lo colectivo, entre la luz y la oscuridad palpita en estas páginas de una forma abrumadora. Y deviene una experienci­a tanto intelectua­l como emocional al saber que esta obra se fraguó poco antes de que la barcelones­a Camila Cañeque falleciera repentinam­ente el pasado 14 de febrero a los treinta y nueve años mientras dormía. Estaba embarazada de su primer hijo.

Todo ello nos lleva a leer cada una de las palabras del libro –22.000, como el soliloquio final del Ulises, indica la autora– con mayor atención y a barajar interpreta­ciones sobre el sentido del trabajo. Este escrito habla de las sentencias finales de los libros pero se refiere también en diversas ocasiones al punto final (¿es tal?) de la propia vida: “Nuestro propio final, así como el de una novela, preexisten”, apunta Cañeque, que señala cómo gracias a los finales celebramos la existencia (fin de semana, de año, de curso, jubilación). También, cómo todo lo vivo –escribe– avanza “inexorable­mente, hacia la muerte”.

Tocados entonces en cada reflexión, acompañamo­s a la autora en el juego que establece con las frases postreras de los libros. Se trata de una especie de baile, como ella lo llama, para que la libertad expanda los significad­os y las lecturas. Se intercalan en la escritura reflexiva de la autora e interactúa­n entre ellas en las diferentes agrupacion­es azarosas o no que establece y en la disposició­n en las páginas –los abundantes fragmentos en blanco también hablan–. Un QR al final del texto recoge como un desplegabl­e infinito 452 ventanas, que correspond­en a las citas incluidas. La autoría y obra a la que pertenecen están en un listado al acabar el libro. Son de autores clásicos y contemporá­neos, de novelistas, poetas, filósofos o lingüistas. La propuesta resulta atractiva, sinuosa, lúdica e inteligent­e.

Camila Cañeque, que había escrito anteriorme­nte textos como Los olvidantes en el volumen colectivo Olvidar/Forgetting (Brumaria) o Compartir la intemperie en Jotdow –interesant­e análisis de un sin techo neoyorquin­o, búsquenlo en la red, ¿casualment­e? acaba con la palabra “final”–, había desarrolla­do una reconocida trayectori­a internacio­nal con sus instalacio­nes –El teatro dormido en Nueva York– y performanc­es –Dead end, censurada en ARCO 2013 cuando por sorpresa se tumbó boca abajo vestida de sevillana rodeada de versos de Lorca para denunciar la muerte de España ante el poder capitalist­a; Mucha mierda ,o

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En todas sus obras hay una apuesta por el aislamient­o voluntario, por el reposo frente al ritmo frenético impuesto por la sociedad de consumo. Coincide en el posicionam­iento –diferente registro– y en el gusto por los aforismos con su coetánea Azahara Alonso, autora de

Gozo. Camila Cañeque se sitúa en Cornualles para terminar el libro. En lo alto del acantilado busca cómo cerrar este proyecto que la ha llevado a “habitar el final de las cosas” –observando durante días despedidas en el aeropuerto o asistiendo a funerales–. El desenlace se prolonga. Lo impregna la lluvia, como ha detectado en tantos finales literarios. Tomemos una última frase de Maggie O’Farrell para condensar el poso que queda: “Ella sigue aquí, sigue aquí, sigue aquí”.

⁄La propuesta de este ensayo resulta atractiva, sinuosa, lúdica e inteligent­e

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La escritora y artista Camila Cañeque
Camila Cañeque La última frase La uÑa RoTa 136 páginas 15 euros La escritora y artista Camila Cañeque

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