Pictet: la estrategia divergente
El banco suizo cabalga sobre un inmobiliario selectivo y renta fija de grandes empresas
Las emergentes son economías que están muy condicionadas por las decisiones de sus banqueros centrales, son poco previsibles y, por lo tanto, muy volátiles”, explica Christophe Donay, jefe de estrategia de Pictet et Cie, el banco privado que mejor se asocia con la plaza financiera de Ginebra. Nacido en 1805, inició recientemente una expansión que le llevó a España y en concreto a Barcelona (2007), donde cuenta con una oficina dirigida por Calamanda Grifoll. Esta semana, el jefe de estrategia de Pictet explicó los escenarios de futuro con los que trabaja el banco a un grupo de inversores reunidos en el Círculo Ecuestre. Allí les pidió cautela ante las inversiones en países emergentes y mostró su recelo ante las commodities. “Son demasiado volátiles, están demasiado asociadas a la evolución de las acciones”. Contrariamente, Donay se muestra partidario del private equity real state, es decir, la inversión en el inmobiliario en mercados muy seleccionados donde el rendimiento está más que asegurado, como Brasil o Estados Unidos. “Es una propuesta ambiciosa, con un análisis detenido de la situación, los rendimientos acaban por ser elevados”.
Donay parte de un escenario mundial en el que las economías occidentales y emergentes reflejan un doble decoupling: en crecimiento y en la evolución de los precios. Para este banque- ro, los emergentes presentan un crecimiento asociado a una importante inflación. En los países occidentales, por el contrario, la crisis de la deuda ha generado un crecimiento exiguo y fuertes presiones deflacionistas. “Alemania deberá admitir, tarde o temprano, que no queda otro remedio que obligar al BCE a tener un papel más activo, practicar quantitative easing, pero no de manera indirecta como hasta ahora”, cuenta Donay, para quien “Alemania no tiene otra opción. O eso, o la implosión de la divisa europea”.
Aun así, el escenario con el que trabaja Pictet es mucho más conservador y da sólo un 20% de posibilidades de que se materialice una verdadera unión fiscal–“va a llegar, pero costará”, aclara– y, en cambio, considera que el escenario más probable es la pervivencia del actual estado de cosas, es decir, sin grandes cambios, con monetización de la deuda por parte del BCE incluida y un único enigma por resolver: qué ocurrirá finalmente con Grecia.
En este contexto, en el que la volatilidad reciente en bolsa –medida por el indicador VIX– apunta a un descenso de la rentabilidad, Donay apuesta por la renta fija de empresas, de empresas sólidas y saneadas. “Pensamos que son el componente básico de nuestro portafolio, al que también cabe añadirle algo de oro”. “No obstante, para garantizarse una cartera equilibrada –continua Donay– mantendremos nuestra estrategia de guerrilla en bonos del Tesoro americano, deuda soberana y algo de liquidez para cazar las oportunidades”.