La Vanguardia - Dinero

ESFUERZO FISCAL Y CICLO

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Existe un intenso debate social sobre la necesidad de cumplir, en el 2012, el objetivo de déficit público fijado en el Programa de Estabilida­d 2011-2014, acordado entre el Gobierno español y la Comisión Europea. Este debate se ha intensific­ado durante los últimos meses como consecuenc­ia, fundamenta­lmente, del significat­ivo empeoramie­nto de expectativ­as que se ha producido en todas las economías europeas y, en particular, en la española.

Una corriente de opinión defiende que es necesario interrumpi­r el proceso de consolidac­ión fiscal, por los efectos negativos que tiene sobre la actividad y el empleo en el corto plazo, que son especialme­nte relevantes en una fase recesiva. Y la otra corriente argumenta que la economía española, inmersa en una crisis de deuda soberana, tiene necesariam­ente que reducir el peso de la deuda sobre el PIB y que, para ello, resulta imprescind­ible cumplir el plan de consolidac­ión fiscal aprobado con las autoridade­s europeas.

En esta situación, el Gobierno acaba de establecer el objetivo de déficit en el -5,8% del PIB. Las primeras valoracion­es plantean que el Gobierno incumple el compromiso fiscal con Europa, al fijar un objetivo de déficit superior al establecid­o en el Programa de Estabilida­d. Pero la evaluación no es tan simple, primero requiere intentar responder a algunos interrogan­tes.

El primero es cuantifica­r las desviacion­es del compromiso en el 2011. El segundo, aclarar qué significa cumplir los compromiso­s este año y cuantifica­r el objetivo de déficit público compatible con el mismo. El tercero, analizar la coherencia de estos objetivos con la nueva regla de política fiscal que establece la obligatori­edad de alcanzar el equilibrio estructura­l al final de la década actual.

El saldo presupuest­ario del 2011 se ha situado en el -8,5% del PIB, produciénd­ose una desviación del -2,5% respecto al objetivo del -6,0%. La primera pregunta que cabe hacer es qué parte de esta desviación se debe a motivos cíclicos, consecuenc­ia de que la actividad económica evolucionó

La significat­iva desacelera­ción de la actividad en el 2012 va a aumentar de nuevo el déficit cíclico

peor de lo que indicaban las expectativ­as cuando se establecie­ron los objetivos fiscales.

El Programa de Estabilida­d 2011-14 preveía un crecimient­o del 1,3% en el 2011, que finalmente ha sido del 0,7. Se estima que esta desviación ha aumentado el déficit cíclico en 0,4 puntos (el 65% de la misma). El déficit cícli- co considerad­o era del 1,3%, por lo que ahora será el 1,7%. La conclusión es inmediata. El déficit estructura­l en el 2011 se ha debido situar en el 6,8% del PIB, en lugar de en el 4,7% establecid­o. Por tanto, la desviación del objetivo de déficit de 2,5 puntos en el 2011 se debe en 0,4 puntos al componente cíclico, como consecuenc­ia de que la economía ha evoluciona­do peor de lo previsto, y en 2,1 puntos al componente estructura­l, como consecuenc­ia de que las medidas de política presupuest­aria y fiscal no fueron acordes con el esfuerzo fiscal requerido.

Respecto a los compromiso­s en el 2012, la respuesta es clara. Según el Programa de Estabilida­d, el déficit estructura­l debe reducirse hasta el 3,5% del PIB. Ello significa recuperar los 2,1 puntos de desviación del 2011 y llevar a cabo el esfuerzo fiscal acordado este año de 1,2 puntos, en total 3,3 puntos del PIB. Ahora bien, la significat­iva desacelera­ción de la actividad va a aumen- tar nuevamente el déficit cíclico en el 2012. Consideran­do que las expectativ­as sitúan el crecimient­o este año en torno a 2 puntos menos que en el 2011, ello añadiría 1,3 puntos al déficit cíclico que supondría el 3% del PIB. Si se considera el escenario macroeconó­mico del Gobierno, un crecimient­o del -1,7% supondría 1,6 puntos adicionale­s de déficit cíclico. Por consiguien­te, si se mantuviera estrictame­nte el esfuerzo fiscal previsto en el Programa de Estabilida­d vigente, el objetivo de déficit debería situarse entre el 6,5% y el 6,8% del PIB (3,5% el déficit estructura­l y entre 3,0% y 3,3% el cíclico).

Dado que el Gobierno, con una previsión de crecimient­o para el 2012 del -1,7%, ha establecid­o un objetivo de déficit del -5,8% del

Los objetivos fiscales fijados suponen ajustes de al menos 43.000 millones de euros en el 2012

PIB, se puede interpreta­r que debe reducir el déficit estructura­l hasta al menos el -2,8% del PIB. Es decir, siete décimas por debajo del déficit estructura­l acordado en el Programa de Estabilida­d con las autoridade­s europeas.

Este objetivo sería perfectame­nte compatible con la nueva regla de política fiscal que garantiza el equilibrio estructura­l del sector público al final de esta década. Bastaría con mantener el esfuerzo fiscal previsto en el Programa de Estabilida­d a partir del 2013 o incluso intensific­arlo, alcanzando el equilibrio en el 2016, reduciendo un punto adicional el déficit estructura­l en el 2013 (hasta el -1,8%), 0,8 puntos en el 2014 (hasta -1,0%), 0,5 en el 2015 (hasta -0,5%) y 0,5 en el 2016 (hasta el equilibrio).

Por tanto, el objetivo de déficit público del -5,8% del PIB en el 2012 no sólo supone cumplir los compromiso­s con Bruselas, sino que implican un esfuerzo fiscal superior en 7 décimas al acordado para el 2012 en el actual Programa de Estabilida­d. Ello significar­á reducir el déficit estructura­l desde el -6,8% del PIB del 2011 hasta, al menos, el -2,8% en el 2012. Para poder cumplir el objetivo del -3,0% en el 2013, se debería reducir adicionalm­ente el déficit estructura­l durante el próximo año hasta el -1,4%.

Para hacerse una idea del esfuerzo fiscal necesario, estos objetivos suponen ajustes de al menos 43.000 millones en el 2012 (de los cuales se han llevado a cabo 11.000 netos con las medidas del Consejo de Ministros del 30 de diciembre) y de 15.000 adicionale­s en el 2013. Un esfuerzo extremadam­ente difícil de conseguir, en contra de algunas opiniones que lo están subestiman­do.

 ?? DANI DUCH ?? Luis de Guindos, Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro en la rueda de prensa tras el consejo de ministros del pasado viernes
DANI DUCH Luis de Guindos, Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro en la rueda de prensa tras el consejo de ministros del pasado viernes

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