El sueño imposible
Cuando ante una nueva foto, frente a un nuevo modelo de automóvil, nuestro pensamiento se nos lleva de viaje es que realmente la imagen nos ha cautivado, nos ha hecho soñar. Normalmente son sueños que con un golpe de buena suerte podrían convertirse en realidad ya que el coche esta habitualmente ahí, esperando. Con el nuevo Lamborghini Aventador J las cosas no funcionan del mismo modo. El secreto mejor guardado de Lamborghini, el coche que se exhibía en el reciente Salón de Ginebra, se convirtió el día de la presen- tación en el más multitudinario de los actos, provocando sueños para truncarlos al final de la misma rueda de prensa. Y eso que Stephan Winkelmann, el consejero delegado de Lamborghini, declaraba en ese acto que el Aventador J era la constatación de que, a pesar de las restricciones legales, Lamborghini pensaba seguir haciendo soñar a la gente, ahora y siempre.
El nuevo Lamborghini Aventador J es el superdeportivo más radical jamás fabricado por la marca italiana, sin concesiones y extremo como sólo Lamborghini puede serlo. Basado en el anterior Aventador, este nuevo roadster es un compendio de nuevas tendencias, de nuevas tecnolo- gías, de nuevos procesos productivos. Un deportivo biplaza, sin techo ni la posibilidad de ponerlo, sin cristal delantero y con la carrocería realizada en un nuevo sistema denominado Carbonskin, un tejido de fibra de carbono moldeable gracias a las resinas empleadas y motorizado con el extraordinario propulsor de 6,5 litros y 700 CV. Y sin ninguna concesión al lujo superfluo en aras de potenciar su dedicación exclusiva al disfrute de la sensación de conducir este potente V12; ni equipo de audio, ni navegador y, obviamente, carente de climatizador.
Y por fuera de color rojo. ¿Un reto a Ferrari que simultáneamente presentaba su Ferrari F12, o un recuerdo al fundador, Ferruccio Lamborghini, que creó su empresa cansado de los toscos coches de Enzo Ferrari?
Un sueño de coche, cierto, pero un sueño imposible. En la pro-