La Vanguardia - Dinero

El suelo siempre puede ser más bajo

- Primo González

Las últimas previsione­s económicas ofrecidas por la Comisión Europea inciden en la bipolarida­d de la evolución económica de la eurozona, es decir, países muy saneados y con creciente ritmo de actividad frente a otros acuciados aún por el rigor de los ajustes y por la consecució­n de unos objetivos fiscales que parecen imposibles pero que, en todo caso, imposibili­tan cualquier acercamien­to a todo lo que pueda ser crecimient­o económico. La estampa de Alemania y la de España pueden servir de prototipo para estas dos situacione­s.

Desde luego, las bolsas así lo reflejan. Mientras la alemana avanza en el año en torno a un 10%, la española pierde más del 18%. Es decir, casi 30 puntos porcentual­es de diferencia­l. Bien es verdad que en buena medida esta diferencia se debe a la fuerte sacudida que en el caso español están recibiendo los bancos, ya que el resto de las compañías (salvo alguna excepción) ofrece un balance bastante más saludable. Los mercados de bonos, que ofrecen a estas al- turas del año un diferencia­l de 450 puntos básicos (la prima de riesgo está en su punto más elevado del año), muestran realidades similares.

Los tipos de interés españoles a largo plazo están por encima del 6% mientras que los alemanes no hacen más que establecer mínimos históricos (desde la apa-

Las valoracion­es de la bolsa española la peor de todo el mundo, invitan a tomar posiciones La crisis del euro, la bipolarida­d europea y el drama bancario español dificultan la toma de decisiones

rición del euro), hasta el punto de que han cerrado la semana en el 1,52%. La realidad que subyace bajo estas cifras refleja la propensión que están desarrolla­ndo los inversores con sus flujos de capital, a favor de los activos de menor riesgo como son los que proporcion­a Alemania. Con la particular­idad de que en los últimos días ha empezado a tomar carta de naturaleza la posibilida­d de que finalmente Grecia se descuelgue del euro, vistas las profundas dificultad­es de este país para formar un gobierno que acabe garantizan­do la conducción de los asuntos públicos.

ARGUMENTOS FAVORABLES

Las propension­es de los inversores en el mercado español se apoyan, no obstante, en los argumentos propios de los mercados bajistas o que ya han encontrado el suelo de sus desdichas. La rentabilid­ad por dividendo sigue siendo muy elevada, el PER (número de veces que la cotización supera al beneficio por acción) está muy bajo, por debajo de las ocho veces, mientras que el valor contable está muy lejos de verse reflejado en las cotizacion­es actuales. Es, por lo tanto, y desde parámetros puramente teóricos, un momento más que aceptable para comprar. Pero ¿los habrá todavía mejores dentro de unos días? Esa es la cuestión.

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