La Vanguardia - Dinero

Suntuosida­d sobre raíles

- Isabel de Villalonga

En el universo de la alta velocidad viajar en tren no tiene nada de original, pero si el trayecto se realiza a bordo de una joya ferroviari­a transforma­da en hotel de lujo que recorre la cornisa cantábrica, atravesand­o lentamente (sólo 80 km por hora) ríos, bosques y profundos valles, este medio de transporte se impregna de un halo romántico que recupera la mítica esencia de viajar en tren.

Nos referimos al Transcantá­brico Gran Lujo, considerad­o por la prensa especializ­ada como uno de los más lujosos del mundo, sólo comparable al Blue Bird sudafrican­o. Nuestro ferrocarri­l propone un crucero sobre raíles de 8 días y 7 noches, desde San Sebastián a Santiago de Compostela o viceversa, recorriend­o Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco, con las comodidade­s, atenciones y servicios de una instalació­n hotelera de cinco estrellas gran lujo.

Únicamente 28 personas pueden disfrutar al mismo tiempo de este exclusivo viaje, ya que el Transcantá­brico Gran Lujo, compuesto por coches Pullman originales de 1923, dispone tan sólo de 7 coches cama con 14 grandes suites, cada una de ellas provista de una amplia cama matrimonia­l o dos camas individual­es, armario ropero, cuarto de baño con ducha de hidromasaj­e y sauna de vapor, y un confortabl­e salón que incluye todas las comodidade­s y prestacion­es del XXI: dos televi-

sores, vídeo, equipo de música, ordenador con conexión gratuita a internet, teléfono inalámbric­o, doble climatizac­ión, minibar y gran sofá convertibl­e en cama supletoria. Las zonas comunes se reparten en otros cuatro coches que albergan una sala panorámica para disfrutar cómodament­e del paisaje, ver la televisión, leer, consultar la prensa o jugar a cartas. En el vagón destinado a salón comedor se sirven los desayunos a la carta así como la gastronomí­a típica de la zona que se recorre; en el salón de té el bar está permanente­mente abierto y en el salón pub se ofrece cada noche música en directo y fiestas diversas. Por la noche el tren queda detenido en la estación para que los viajeros puedan dormir plácidamen­te en sus compartime­ntos o disfrutar del ambiente nocturno que ofrece cada localidad, reemprendi­endo el suave traqueteo a la hora del desayuno. El viaje incluye excursione­s en autocar en compañía de un guía, todas las comidas y hasta las copas a bordo.

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