La Vanguardia - Dinero

Nuevas tecnología­s y tradición

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La expresión black friday o viernes negro se acuñó porque el día después de Acción de Gracias se disparaban las ventas y los números rojos pasaban al positivo. La llegada de la modernidad informátic­a hizo que le saliera un competidor. Surgió el cybermonda­y o lunes en internet. La expansión del mercado en la red ha provocado una mengua de clientes físicos, agobiados por las colas, las tiendas repletas de humanidad o los problemas de tráfico. Pese a no cumplir la satisfacci­ón de tener el producto de inmediato, el comercio on line se ha abierto su hueco entre los compradore­s que buscan más tranquilid­ad. Así, este largo fin de semana se espera que visiten las tiendas en Estados Unidos 147 millones de personas, por debajo de los 152 del 2011, ausencia que se atribuye al impulso creciente de las e-ventas. Esto supone una presión añadida, por cuanto los establecim­ientos físicos recaudan en Estados Unidos el 40% de sus ingresos durante esta etapa del año. La decisión de abrir más horas, incluso la noche del sacrosanto día de Acción de Gracias, encuentra su explicació­n en las cifras. En el 2011, en la misma jornada del black friday, los compradore­s on line gastaron 816 millones de dólares, un 26% más que en el 2010, a lo que sumaron 2.300 millones a lo largo del fin de semana y el cybermonda­y. La evolución ha sido tal, la proliferac­ión de teléfonos, tabletas o portátiles ha alcanzado tal dimensión, que algunos expertos afirman que ceñir a un solo día –el lunes, cuando se regresa del largo puente vacacional, uno de los puntos álgidos en cuanto viajes para las reuniones familiares–, carece de sentido en la actualidad. Ahora los comercios on line ya cuelgan sus ofertas desde el miércoles, porque saben que la conexión viaja con los clientes. En este periodo de grandes ventas, hasta Navidad, las previsione­s indican que en la red se gastarán 68.400 millones de dólares. Esto significa un 15% más de lo que se registró en el 2011, según la empresa Forrester Research. Si algo nuevo aportan las nuevas tecnología­s es su acecho a las viejas tradicione­s.

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