Entre lo público y lo privado
La brecha de la desigualdad no para de ensancharse. Por encima de cualquier otra consideración, los ingresos vuelven a ser el factor decisivo a la hora de limitar el acceso a lo que debería estar al alcance de todos. Entre lo público y lo privado anda el juego. Los mercados están invadiendo zonas públicas –sanidad, educación, transporte, prisiones– con nefastos resultados. Sería preferible que el disfrute de privilegios – siempre los hay – empezara al otro lado de la línea roja que los separa del bien común.