Amancio Ortega, de Zorba a Zara
ZARA. VISIÓN Y ESTRATEGIA DE AMANCIO ORTEGA David Martínez Conecta. Barcelona, 2012 190 páginas Precio: 16,90 €
Detrás de las cuatro letras de la palabra Zara, subraya David Martínez, se esconde sobre todo el trabajo, discreto y tenaz, de una persona: Amancio Ortega, que ha logrado que la capacidad de observación y asimilación que comenzó a aplicar hace cuatro décadas en un pequeño negocio aún perviva entre los directivos y trabajadores de un imperio de la moda que englo- ba marcas como Bershka, Pull & Bear, Stradivarius, Massimo Dutti, Oysho, Uterqüe o Zara Home. Un imperio y una filosofía que Martínez analiza con agilidad y rigor en el libro Zara. Visión y estrategia de Amancio Ortega, donde se adentra en la vida del fundador de Inditex para entender cómo este grupo ha llevado su concepto de moda rápida y masiva a las grandes ciudades del mundo.
Martínez recuerda que Ortega no tiene estudios universitarios ni costosos másters: nació en un pequeño pueblo de León en el seno de una familia humilde, y su infancia estuvo marcada por los traslados de su padre hasta instalarse en A Coruña. Comenzó co- mo chico de los recados en una camisería, lo que explica que hoy recorra la sede de su emporio textil en Arteixo como un empleado más, y aunque ya hace mucho de la creación de su primera empresa, dedicada a fabricar batas de boatiné, y hace décadas que podría vivir de rentas, Ortega no ha dejado Inditex ni un instante.
Quizá una anécdota ilustrativas es que, explica Martínez, quiso llamar a su primera tienda en A Coruña Zorba, porque se identificaba con el personaje griego encarnado por Anthony Quinn, con sus ganas de vivir el momento y tomar las riendas de la vida. El nombre ya estaba registrado y acabó siendo Zara, pero Ortega cambiaría totalmente su sector colocando al cliente en el centro del negocio, dando una respuesta rápida a sus gustos a precio asequible. Una inmediatez que parte de ver lo que se lleva en la calle e implica ser muy rápido ejecutando las prendas. Para lograrla, ha creado tiendas esponja situadas en lugares privilegiados de las que emana velozmente la información. También ha simplificado al máximo los intermediarios y ha creado grandes plataformas logísticas, haciendo que la ropa tarde sólo 12 días en llegar a la tienda más lejana desde que se concibe. El resultado, 900 millones de prendas al año, y todavía mucho camino por delante.